
La dermatitis atópica es una afección cutánea crónica que afecta a personas de todas las edades, aunque es más común en niños. Esta condición, también conocida como eccema, no solo impacta en la salud física, sino también la calidad de vida de quienes la padecen. En este artículo explicamos qué es la dermatitis atópica, las posibles causas que desencadenan sus síntomas y los principales tratamientos disponibles.
¿Qué es la Dermatitis Atópica?
La dermatitis atópica es una enfermedad inflamatoria de la piel que se manifiesta mediante la aparición de erupciones pruriginosas y enrojecidas. Esta afección se caracteriza por períodos de exacerbación y remisión, lo que significa que los síntomas pueden variar en intensidad a lo largo del tiempo. Las áreas afectadas con mayor frecuencia son el rostro, las manos, los codos y las rodillas.
La piel de quienes sufren de dermatitis atópica tiende a ser más seca y propensa a la irritación. Además, las erupciones cutáneas pueden llevar a la formación de costras y, en casos graves, a la descamación de la piel. La picazón intensa es uno de los síntomas más molestos, y puede interferir significativamente con las actividades diarias y el sueño.
Causas de la Dermatitis Atópica
Entender las posibles causas de la dermatitis atópica es fundamental para abordar la enfermedad de manera efectiva. Aunque no existe una única causa identificada, diversos factores pueden contribuir al desarrollo y la exacerbación de esta afección.
- Factores genéticos
La predisposición genética desempeña un papel crucial en la dermatitis atópica. Las personas con antecedentes familiares de esta enfermedad tienen un riesgo más alto de desarrollarla. Se han identificado ciertos genes que pueden aumentar la susceptibilidad a padecer dermatitis atópica, lo que subraya la importancia de la herencia en la manifestación de esta afección.
- Factores ambientales
El entorno en el que una persona vive también puede influir en la dermatitis atópica. La exposición a alérgenos ambientales, como el polen, el polvo y los ácaros, puede desencadenar reacciones cutáneas en individuos susceptibles. Además, los cambios climáticos, la humedad y ciertos productos químicos presentes en detergentes y productos de cuidado personal pueden contribuir a la irritación de la piel.
Entre los hábitos que pueden favorecer la aparición o agravar la dermatitis atópica se encuentran los baños excesivos, el uso de jabones fuertes, la presencia de la bacteria Staphylococcus aureus en la piel, la sudoración abundante y el contacto con tejidos ásperos o con la lana.
- Disfunción inmunológica
La disfunción del sistema inmunológico es otro factor relevante en la dermatitis atópica. Las personas afectadas suelen presentar una respuesta inmunitaria exagerada frente a estímulos que, en individuos sin la afección, no causarían reacciones adversas. Esta hiperreactividad del sistema inmunológico desencadena la inflamación crónica que caracteriza a la enfermedad.
Tratamiento de la dermatitis atópica

Aunque la dermatitis atópica no tiene cura definitiva, existen diversas opciones de tratamiento destinadas a aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida de quienes la sufren.
- Cuidados de la piel
El cuidado adecuado de la piel es esencial en el tratamiento de la dermatitis atópica. Utilizar productos hipoalergénicos y evitar aquellos que contienen fragancias y químicos irritantes puede ayudar a mantener la piel bien hidratada y reducir la probabilidad de brotes. También se recomienda aplicar cremas hidratantes, emplear agua tibia en los baños y secar la piel palmeándola suavemente en vez de frotarla. Además, es fundamental mantener las uñas cortas para prevenir el rascado excesivo y las posibles infecciones secundarias.
- Medicamentos tópicos
Los corticosteroides tópicos son comúnmente recetados para reducir la inflamación y aliviar la picazón. Sin embargo, su uso debe ser supervisado por un profesional de la salud, ya que el uso excesivo o prolongado puede tener efectos secundarios. Otros medicamentos tópicos, como los inhibidores de calcineurina, también pueden ser recetados en determinadas situaciones.
- Tratamientos sistémicos
En casos más severos, se pueden recetar medicamentos sistémicos para controlar la dermatitis atópica. Estos pueden incluir antihistamínicos orales para aliviar la picazón y, en algunos casos, inmunosupresores para modular la respuesta inmunológica.
Consulta a un dermatólogo
Ante la sospecha de dermatitis atópica o la presencia de síntomas persistentes, es crucial buscar la orientación de un dermatólogo. Este especialista no solo realizará un diagnóstico preciso de la enfermedad, sino que también proporcionará el tratamiento más idóneo según el caso y los hábitos de la persona afectada.
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