Salud Bienestar

Grifols encarece el 180% su deuda y pagará 1.000 millones más hasta 2030

  • Dilata pagos, pero tensionará aún más su caja al pasar de intereses del 1,6% y 3,2% a más del 7%
  • La empresa creció este jueves un 8,9% en bolsa tras la emisión que despeja los vencimientos de 2025
  • La firma doblará el coste por los intereses de sus bonos, hasta 290 millones anuales
Sede de Grifols.

La refinanciación de la deuda que Grifols ha acometido este año tensionará los números de la farmacéutica. La compañía ha ganado tiempo, pero a costa de un aumento considerable, cercano al 180%, de los intereses a pagar por los nuevos bonos colocados en el mercado, lo que implicará afrontar el pago de más de 1.000 millones de euros hasta 2030. Eso sí, la emisión acometida el miércoles le sirvió también para escalar en bolsa un 8,9%.

La firma de hemoderivados comenzó 2024 con un horizonte lleno de nubarrones, al enfrentar en 2025 el vencimiento de unos 2.800 millones de deuda. La compañía ha tenido que acudir este año al mercado hasta en tres ocasiones para refinanciar estos bonos y aplazar los pagos hasta finales de la década. Además, ha vendido el 20% de Shanghai Raas por 1.600 millones, cantidad que ha destinado a amortizar deudas.

Grifols ha conseguido convencer a los bonistas con sus nuevas emisiones, pero a costa de cambiar tipos de interés del 3,2% y del 1,6% por porcentajes del 7,5% y 7,1%, respectivamente. Todo esto, bien es cierto, compara periodos distintos. En los años previos a la pandemia, el entorno en el que se movían los tipos de interés eran mucho más bajos que los que existen hoy en día. Además, la situación de la compañía es delicada en estos momentos, mientras que en 2019 estaba más saneada en casi todos los aspectos. El interés medio de los bonos a principios de 2024 era de 3,14%, mientras que ahora, tras las emisiones de este año, se sitúa en el 5,4%.

Volviendo a las refinanciaciones acometidas este año, la primera de ellas (1.300 millones), suscrita en los meses de abril y junio, tendrá un coste en intereses de unos 585 millones de euros hasta la fecha de pago. En el caso de la segunda (de la misma cantidad económica), la cifra se aproximará a los 497 millones, también calculados hasta mayo de 2030.

No son los únicos bonos que Grifols tendrá que hacer frente en los próximos ejercicios. En concreto, cuenta con otras tres emisiones vivas, de 2019 y 2021, por unos 2.770 millones. El vencimiento más inmediato corresponde a un bono de 770 millones a un interés del 2,25% a pagar en 2027 (con un coste de 50,5 millones de euros), y unos 2.000 millones a pagar en 2028 con cupones del 3,8% y del 4,7%, que generarán coste para la farmacéutica por valor de 443,5 millones. Las cinco emisiones suman un coste para Grifols hasta 2030 de alrededor de 1.575 millones, siempre que no haya amortizaciones o cancelaciones anticipadas.

El encarecimiento de la deuda generará nuevas tensiones en caja desde el próximo año, aunque los pagos del principal no llegarán hasta cursos posteriores. Tan solo con los bonos mencionados, cada año tendrán que afrontar unos 290 millones de euros en intereses, aproximadamente el doble que el coste que asumía antes de las refinanciaciones (unos 147 millones). Un ejemplo claro del sobrecoste que tendrá que afrontar Grifols se puede observar con tan solo ver el pago anual de los bonos que vencían en 2025 y que ahora ha refinanciado. Hasta la fecha, la firma de hemoderivados hacía frente a 46,7 millones al año por los dos bonos que vencían en 2025 y que totalizaban 1.905 millones. Ahora, tras la refinanciación, pagará 180 millones de euros al año hasta el ejercicio 2030 por los dos nuevos bonos que suman, eso sí, 2.600 millones. En volumen comparable, el sobrecoste llega al 180%.

Los cinco bonos en circulación de Grifols suman 5.370 millones, frente a los 4.675 millones que totalizaba hace un año. Ahora bien, las nuevas emisiones y la venta de Shanghai Raas han permitido repagar la línea revolving de más de 900 millones de euros (se alarga hasta 2027) y amortizar parte del préstamo bancario (tramo B), rebajando su importe en 1.065 millones, de manera que queda fijado en 2.330 millones. En conjunto, la deuda en bonos y préstamos baja de 8.070 a 7.700 millones, lo que refleja los esfuerzos de la firma, premiados esta semana con una subida de rating de S&P.

Grifols ha ganado tiempo, pero habrá que esperar a la evolución de sus flujos de caja para calibrar si es capaz de afrontar el coste de la deuda. Tras fallar la opa de Brookfield, en el mercado se apunta a que Grifols necesitará algún tipo de inyección económica extra, más allá de lo que genere con su negocio. Una de las opciones que tiene en su mano es la ampliación de capital, pero el actual CEO de la compañía, Nacho Abia, ha negado esta vía. También puede ahondar en desinversiones, con su unidad de diagnóstico, hecho que ya ha sido contemplado en el pasado reciente. Su valor se estima en 1.500 millones. Por último, también podría llegar el interés de un nuevo inversor que quiera hacerse con el control.

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