
Muchos recordarán cómo hace poco menos de un año, en mayo de 2022, una alerta sanitaria sacudió al mundo, con un oleada de erupciones cutáneas, fiebre, agotamiento y dolores en diversas partes del cuerpo. Se trataba del Monkeypox virus o, como se ha conocido comúnmente, la viruela del mono; una enfermedad de origen zoonótico (transmitido de forma natural por animales), potencialmente mortal, descubierta en 1958 en colonias de monos empleados en labores de investigación.
Pasaron los días, los casos fueron en aumento y la alarma se contagió por toda la sociedad, temerosa de contagiarse del virus al tocar algo o a alguien infectado. Todo ello hasta llegar a los meses de junio y julio, cuando se alcanzó el pico infecciones, con hasta 130 casos confirmados semanalmente.
Así llegamos al mes de septiembre, momento en el que el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom, señaló que nos encontrábamos ante el momento "más peligroso (de la expansión del virus)", ya que la relajación de medidas podía invertir la curva y aumentar de nuevo la transmisión.
Prevención, concienciación y vacunas
La advertencia del director general de la OMS no cayó en saco roto, puesto que desde ese momento el virus desapareció casi completamente del espacio mediático y, a día de hoy, los nuevos casos son casi testimoniales.
Según el último informe publicado por el Ministerio de Sanidad, relativo al 3 de enero de 2023, en el último mes del año 2022 se notificaron aproximadamente unos cinco casos, aunque los datos todavía pueden estar incompletos. En el conjunto de Europa, desde el pasado 20 de diciembre se han notificado un total de 21 nuevos casos, según la última actualización del Centro Europeo para el Control y la Prevención de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés).
Esta cifra dista bastante del pico de casos notificados, durante la semana del 18 al 24 de julio, en el que en el continente se notificaron 2.169 casos (un 99,2 por ciento menos).
Detrás de esta bajada pueden encontrarse diversas explicaciones. "Múltiples factores han contribuido probablemente a la disminución de este brote, incluidos los esfuerzos en la comunicación de riesgos y el compromiso de la comunidad, el aumento de la inmunidad en los grupos de población más afectados debido a la inmunidad natural y la vacunación, y una disminución en el número de grandes eventos culturales y sociales frecuentados por los principales grupos de riesgo para este brote después del verano", explica el ECDC.
"En julio, declaré una emergencia de salud pública de preocupación internacional por el brote mundial de viruela del mono, ahora conocido como mpox. Se han notificado más de 83.000 casos en 110 países, aunque la tasa de mortalidad se ha mantenido baja, con 66 fallecidos", rememoró recientemente Adhanom.
Por todo ello, cabe esperar que el virus, o al menos este brote, sea erradicado completamente a lo largo de los próximos meses. Un virus que, hasta la fecha, ha dejado más de 7.400 (7.498) contagiados en España y más de 57.000 en países donde no suelen convivir con este tipo de viruela.