
Las prácticas de medicación poco seguras y los errores en la toma de medicamentos se articulan como una de las principales causas de lesiones y daños evitables en los sistemas de sanitarios de todo el mundo. Los errores en la toma de los tratamientos generan un coste mundial de 42.100 millones de euros al año, dando lugar a reacciones adversas y hospitalizaciones que podrían evitarse.
Esta problemática afecta, especialmente, a pacientes ancianos crónicos polimedicados y su consecuencia más letal se manifiesta provocando la muerte. Sin embargo, este colectivo no es el único que sufre las consecuencias, ya que también se observan altas tasas de daños en la atención quirúrgica, los cuidados intensivos y la medicina de urgencias. Las causas principales de los errores de medicación son los problemas sistémicos y diversos factores humanos, como la fatiga, las malas condiciones ambientales o la escasez de personal.
Pero los errores humanos no son los únicos. Más de la mitad de los daños causados por la medicación se producen en la fase de prescripción y en el momento en que los pacientes los toman, debido a un control inadecuado. Dentro de las categorías de medicamentos que representan mayor riesgo de daños se encuentran los antibióticos, que ocasionaron 1,27 millones de muertes en el año 2019 en todo el mundo como consecuencia de las resistencias atribuidas a su mal uso. Los sedantes, los antiinflamatorios, la medicación para el corazón y la tensión arterial completan la tabla.
Este tipo de factores afectan a las prácticas de prescripción, transcripción, dispensación, administración y seguimiento. "Los medicamentos son herramientas eficaces para proteger la salud. Sin embargo, los medicamentos que se prescriben erróneamente, se toman de forma incorrecta o son de mala calidad pueden causar graves daños. Nadie debería sufrir daños derivados de la atención médica", explica Tedros Adhanom, director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La advertencia del organismo que rige la salud mundial se produce en el marco de la celebración del Día Mundial de la Seguridad del Paciente, cuyo lema para este año será "Medicación sin daño". La OMS pide a los países que actúen urgentemente para lograr la medicación sin ningún tipo de daños.
Falta de adherencia
La falta de adherencia terapéutica constituye un reto para la salud pública española en la actualidad. Según estimaciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), la no adherencia a la medicación provoca 18.400 muertes al año y aumenta el gasto sanitario en unos 11.250 millones. Un 30% de los pacientes españoles interrumpe sus tratamientos una vez iniciados y entre un 20% y un 40% no los toma bien.
Para mejorar la situación existen los SPD (Sistema Personalizado de Reacondicionamiento). Este tipo de sistema permite la distribución de los medicamentos en dispositivos de manera generalizada y aumenta la seguridad y efectividad de los tratamientos farmacoterapéuticos. A pesar de que la intervención del SPD es una gran ayuda para mejorar la salud y la seguridad de los pacientes, existen diferencias dentro de los países europeos. En el sur se compaginan SPDs automáticos, semiautomáticos y manuales, mientras que en el norte solo se utilizan los manuales.
En territorio español la regulación de la realización en farmacia de los SPD se rige por dos regímenes distintos: el que declara absoluto responsable a la farmacia y un convenio específico de adhesión a una guía de buenas prácticas consensuada entre la consejería y los colegios. "Debido a la enorme escalabilidad que existe deberíamos contar con un protocolo conjunto y una denominación común", concluye Adela Martín, vocal de ayuda de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Farmacia Clínica, Familiar, y Comunitaria (SEPAC).