Salud Bienestar

Cómo la alimentación de la madre en el embarazo influye en las preferencias gustativas del bebé

La alimentación de la madre influye en las preferencias alimentarias del bebé. / Foto: iStock

Una investigación ha demostrado que las madres que ingieren determinados alimentos durante el embarazo, alienta a los bebés a tener mayor predilección por estos alimentos. El estudio, elaborado por la Universidad de Durham, observó las expresiones faciales de más de 30 bebés durante las semanas 32 y 36 de embarazo, así como tres semanas después del nacimiento.

Reacción al olor

Los alimentos que habían ingerido las madres concretamente era la col rizada y la zanahoria, observando que los recién nacidos respondían positivamente al olor de estos alimentos. "Potencialmente, esto significa que podríamos alentar a los bebés a reaccionar de manera más positiva hacia verduras, por ejemplo, exponiéndolos durante el embarazo", afirma Nadja Reissland, experta en investigación fetal y neonatal y autor principal del estudio.

Según Reissland, los fetos experimentan el sabor a través del líquido amniótico, cuyo sentido del gusto comienza a desarrollarse ya durante el embarazo. Además, los fetos también son muy sensibles al olfato, desde edades muy tempranas: "El olfato se desarrolla muy temprano y los fetos tienen un sentido del olfato más desarrollado que el de los adultos", indica la experta.

Alimentos ricos en proteína

En cualquier caso, recomiendan a las embarazadas una dieta sana y variada, con especial predilección por aquellos alimentos beneficiosos que suelen causar más rechazo, como es el caso de las frutas y verduras. Igualmente, "los alimentos ricos en proteínas favorecen el equilibrio del azúcar en sangre y también son componentes básicos esenciales para el crecimiento del bebé", explica Laura Southern, terapeuta nutricional en London Gynaecology.

Tras el parto, las preferencias alimentarias del menor se ven condicionadas por múltiples factores que van desde la cultura de cada familia, por ejemplo, si comen juntos, hasta la salud mental de los padres. Por ejemplo, si la madre sufre mucho estrés, puede que se manifieste a la hora de comer siendo esta demasiado "quisquillosa", algo que puede transmitir al niño.

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