
El ejercicio físico, independientemente de que sea cardiovascular o muscular, es beneficioso para el cuerpo y para el cerebro. Sus efectos positivos van desde reducir el riesgo de enfermedades crónicas como mejorar las capacidades cognitivas como la atención, la velocidad de procesamiento de la información y la memoria.
Diversos estudios han relacionado el ejercicio aeróbico con una mejor memoria. Las investigaciones han demostrado que sesiones cortas de ejercicio, como un paseo de 10 minutos o 30 minutos en bicicleta pueden mejorar significativamente la memoria a corto plazo.
Un estudio publicado en la revista iSciencie analizó la memoria espacial, la capacidad para orientarse y recordar lugares. Los investigadores dividieron a los participantes en dos grupos: uno que pedaleó durante 25 minutos y otro de control. Las personas que hicieron ciclismo tuvieron mejores resultados en las pruebas de memoria espacial.
Los científicos creen que el ejercicio físico estimula la producción de ciertas sustancias químicas en el cerebro, que favorecen el crecimiento de nuevas células nerviosas y refuerzan las conexiones entre neuronas.
La clave es hacer actividad física con regularidad para mejorar la memoria. Unos 30 minutos al día son suficientes, se recomienda variar las actividades para estimular diferentes partes del cerebro.
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