
La industria de la moda mundial registró en 2020 un beneficio económico negativo por primera vez en una década y, este año se ha repetido el fenómeno, ya que un 69% de las compañías se han enfrentado a estos resultados, según indican los datos del Índice Global de la Moda de McKinsey (MGFI) incluidos en el informe "El estado del negocio de la moda 2022" publicado por The Business of Fashion (BoF) y McKinsey & Company.
Este índice prevé para el año que viene una posible vuelta al beneficio positivo a tenor de los datos de la primera mitad de 2021, que reflejan una evolución del sector de la moda en forma de V. Así, las perspectivas generales son optimistas, ya que se prevé que las ventas globales de moda superarán los niveles de 2019 entre un 3 y un 8% en 2022, una tasa de recuperación más rápida de lo previsto incluso hace seis meses.
La recuperación llegará a diferente velocidad según las áreas geográficas, según las previsiones de McKinsey, que muestran a China y EE UU en cabeza y a Europa a la cola. En China, todos los segmentos de la industria de la moda se encuentran de nuevo en los niveles prepandemia, con el sector de lujo, en particular, apuntando a una previsión de crecimiento un 70-90% por encima del nivel de ventas de 2019 para finales de 2021.
Este cambio en la distribución del beneficio económico hacia el Este se remarca con la presencia de tres compañías chinas en el ranking que elabora McKinsey de las 20 compañías con mayor capitalización de mercado en la industria. Por su parte, en Estados Unidos el pulso del consumo sigue una trayectoria positiva, con un 43% de los compradores estadounidenses afirmando la intención de aumentar el gasto en moda en 2021, según la encuesta Covid-19 de McKinsey & Company. Con respecto a Europa, a pesar de un retorno más lento a los niveles de ventas pre-covid, el 67% de los ejecutivos de este mercado espera mejores condiciones comerciales en 2022 que el año anterior.
Futuro amenazado
Aunque se espera que 2022 sea un año de crecimiento, muchos de los potenciales beneficios se verán lastrados por desafíos relacionados con la pandemia y la economía global como los problemas en la cadena de suministro a la cabeza. Esta es la principal causa de preocupación para la industria, con el 87% de los ejecutivos esperando que las disrupciones en el suministro tengan un impacto negativo sobre los márgenes.
Una combinación de escasez de materiales, cuellos de botella en el transporte y mayores costes logísticos tendrán impacto en la cadena de valor, tensando aún más el desequilibrio entre la oferta y demanda. Como resultado, las empresas se verán forzadas a aumentar los precios para los consumidores. De hecho, el 67% de los ejecutivos de la industria de la moda espera aumentar los precios al por menor en 2022, con un aumento medio del 3%, mientras que el 15% de los ejecutivos incluso espera aumentar los precios en un 10% o más.