Retail - Consumo

El aceite español trata de sortear los aranceles de Trump: se lanza a envasar en Estados Unidos

EEUU es el segundo mercado para el aceite español después de Italia

La industria del aceite español se ha lanzado a envasar en Estados Unidos en plena amenaza por la imposición de aranceles. A causa de las disputas entre Boeing y Airbus, Donald Trump impuso ya durante en agosto de 2018 un arancel a la aceituna negra, que en 2019 extendió también a otros productos como el aceite de oliva y la aceituna verde.

Aunque su llegada al poder en 2021, Biden retiro estas dos últimas tasas, que se elevaban al 25%, consciente de lo que se jugaba el sector empezó a reaccionar. Para evitar nuevos sustos, en mayo de 2022 Acesur, la empresa propietaria de enseñas como La Española y que vende en Estados Unidos fundamentalmente marca blanca, abrió así una planta de envasado en Suffolk (Virginia), la primera del grupo en Estados Unidos, donde contaba ya con una posición estratégica relevante, con cinco almacenes, en California, Massachussets, Nueva York, Virginia y Florida, además de una oficina comercial operativa en Nueva York desde 2012.

Y en la misma línea también, el director financiero de Deoleo, Enrique Weickert, admitió en un encuentro con los medios tras la presentación de resultados de la compañía la semana pasada que "adelantar los envíos para tener producto en Estados Unidos y sortear en la medida de lo posible los aranceles. estamos estudiando también posibles alianzas con socios locales para envasar allí". Para Deoleo, propietaria de marcas como Bertolli o Carbonell, el mercado estadounidense es clave y no duda en que tendrá que hacer todo lo necesario para tratar de esquivarlos.

El líder del mercado

En Estados Unidos está envasando también ya la cooperativa andaluza Dcoop, que cuenta con una planta de envasado en Baltimore, en el estado de Maryland junto a la familia Devico, propietaria de uno de los mayores conglomerados agroalimentarios de Marruecos. Las dos firmas comercializan en Estados Unidos la marca Pompeian, líder del mercado con una participación del 17%. Y en la misma línea también, el grupo Borges, que comercializa en Estados Unidos la marca Star, cuenta desde hace años con una filial constituida en 2006 en Lewes (New Jersey) dedicada a la comercialización y distribución de aceite de oliva, entre otros productos, además de un centro de envasado en Fresno (California).

Pompeian es la marca de aceite propiedad de la cooperativa andaluza Dcoop en EEUU

Hay que tener en cuenta que el mercado estadounidense es absolutamente estratégico para las compañías españolas después de haberse convertido ya en el segundo mercado de España, por detrás solo de Italia. A la espera de la imposición de los aranceles el 2 de abril, Deoleo, Dcoop, Acesur y Borges están creciendo con mucha fuerza, ,ocupando posiciones de liderazgo.

Crecimiento

Las exportaciones españolas de aceite de oliva crecieron el año pasado, en concreto, un 58%, hasta sobrepasar por primera vez en la historia la barrera de los mil millones de euros, según los datos del Ministerio de Agricultura. Las ventas en toneladas crecieron en 2024 solo un 14%, hasta las 113.416 toneladas, por lo que el incremento de la facturación en el mercado norteamericano obedece, fundamentalmente, a la subida de los precios.

Aunque el precio del aceite ha subido en todo el mundo, el año pasado se produjo un vuelco sin precedentes en el mercado del aceite de oliva de EEUU. Y es que por primera vez en la historia, el aceite español alcanzó un precio medio superior al italiano, según los datos de la US Department of Commerce. El precio medio del aceite español se situó en el primer semestre, en concreto, en 8,81 euros por kilo, frente a los 8,62 del producto procedente de Italia. Más allá del encarecimiento que ha registrado el producto, esta subida del precio medio va emparejada a una mejora de la imagen, así como a la venta de aceites de mayor calidad, según la Interprofesional del aceite.

Las empresas que exportan aceite de oliva a Estados Unidos consideran que el arancel solo tendrá un impacto real si es discriminatorio y grava solo los productos de la Unión Europea. "Partiendo de la base de que cualquier arancel distorsiona el mercado, será determinante saber cuáles son las medidas concretas que se adopten en Estados Unidos frente a los productos agroalimentarios y, más en concreto, al aceite de oliva", explica Rafael Picó, director general de Asoliva, la Asociación Española de Exportadores de Aceite de Oliva.

El porcentaje del arancel

Según dice, "será clave definir qué porcentaje se impone y cómo se aplicará" porque "si por ejemplo, establece un 25% para todas las importaciones, independientemente de su origen, el escenario no supondría una elevada distorsión o pérdida de competitividad para España porque también repercutiría a otros países exportadores". En ese caso, jugarían todos con las mismas reglas y el encarecimiento del precio de compra, sería asumido por el consumidor estadounidense. Hay que tener en cuenta que el consumo está creciendo con fuerza en los últimos años en Estados Unidos -es ya el segundo consumidor a nivel mundial, por detrás de España- y que el país apenas produce actualmente el 1% de todo lo que consume, por lo que no le queda más remedio que importar el producto de fuera.

Pero si no es así, y el arancel es discriminatorio la situación cambia. "Lo más preocupante sería que la aplicación del 25% fuera para países algunos países concretos o para la Unión Europea exclusivamente. Eso si supondría un mayor impacto y una pérdida de competitividad de nuestro país frente a otros mercados exportadores, que no se vieran afectados por la medida", explica el director general de Asoliva. Por eso, en su opinión, el análisis debe hacerse más allá de la aplicación de aranceles a nivel precio, y valorar los términos de aplicación de la medida para medir el impacto de la normativa en nuestro mercado.

Un mercado clave para España

"Para nuestro sector, el mercado americano es clave. Cada año exportamos 180.000 toneladas de aceite desde España y el tipo de gravámenes y condiciones de aplicación que se definan a partir del próximo 2 de abril, podrían hacer perder competitividad a nuestro mercado. Aunque la Administración Trump no ha especificado expresamente los productos agroalimentarios que se verán afectados, es más que probable que el aceite de oliva esté entre ellos. No debemos olvidar que el ciudadano estadounidense consume cada vez más aceite y están dispuestos a pagar por ello. De hecho, en los últimos dos años ha sido el país en el que menos ha caído el de consumo de aceite de oliva", insiste Picó.

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