
La oferta de adquisición por parte de la canadiense Alimentation Couche-Tard (ACT) sobre Seven & i Holdings ha acabado con la tranquilidad de la dueña de 7-Eleven, que está buscando la manera de defenderse del inversor extranjero y ha solicitado a Japón de un estatus especial, similar al que el Gobierno nipón aplica a las empresas de energía nuclear, de semiconductores o de tierras raras.
Hace diez días, la compañía japonesa (de origen estadounidense) que gestiona las tiendas de conveniencia más conocidas del mundo, confirmó una propuesta preliminar confidencial no vinculante" por parte de la canadiense propietaria de Circle K. por todas las acciones en circulación de Seven & i Holdings, cuya capitalización bursátil ronda los 34.000 millones de euros. De confirmarse, sería la mayor compra de una empresa nipona por parte de una firma extranjera y llevaría a ACT a una posición muy importante ya que sumando las 13.000 tiendas que posee en América del Norte al portfolio de la compradora, daría lugar a una enorme red de más de 23.000 establecimientos.
La propietaria de las míticas tiendas 24 horas tienen otros planes, al menos de momento. Entre las alternativas que valoran en Seven & i Holdings destaca el intento por persuadir al Gobierno japonés para que cambie la designación actual de la empresa de 'no esencial' a una calificación más protegida ('esencial') según la Ley de Comercio Exterior y Divisas de Japón (Fefta), han indicado al Financial Times dos personas cercanas a la compañía.
El estatus es vital en estos casos. Siendo reconocida como 'esencial', una compañía que recibe una oferta de adquisición de más del 10% de las acciones sólo necesitaría la aprobación del Gobierno únicamente después de que se hubiera cerrado un acuerdo mientras que el posible comprador extranjero está sujeto a la investigación del Ministerio de Finanzas en el caso de interesarse por una empresa con mayor grado de protección.
A la espera de que el Ministerio decida si atiende a la petición, Seven & i argumenta que sus tiendas de conveniencia desempeñan un papel fundamental en el suministro de alimentos y otros productos de primera necesidad en caso de desastres naturales y recuerda que también brindan servicios municipales mediante la dispensación de documentos oficiales a los clientes.
Japón ahora promueve una postura menos proteccionista
Nada más ACT comunicó el interés por Seven & i Holdings, el dueño de la cadena 7-Eleven estableció un comité especial para revisar la propuesta cuyas deliberaciones finalizarán a mediados de septiembre. La creación del mismo fue de acuerdo con las directrices sobre fusiones y adquisiciones que el Gobierno ha revisado recientemente y que alientan a las empresas japonesas -que en el pasado podrían haber ignorado los acercamientos de buena fe de los compradores potenciales- a dar la debida importancia a las implicaciones para los accionistas. Es decir, Japón deja atrás la postura proteccionista que imperó en el pasado y busca inyectar más vigor al sector empresarial japonés haciendo que este tipo de acuerdos sean más probables.
La Ley de Comercio Exterior y Cambio Exterior ha frustrado acuerdos en el pasado, recoge Bloomberg. En 2008, por ejemplo, las preocupaciones sobre el suministro de energía eléctrica y la energía nuclear llevaron a Japón a impedir que el Fondo de Inversión Infantil, con sede en Londres, comprara acciones de Electric Power Development, conocida como J-Power.
Hay reacción en bolsa a esta situación. Las acciones de Seven & i Holdings, que llegaron a caer este miércoles hasta un 4% en la Bolsa de Tokio, han cerrado la sesión con un retroceso del 1,04%, aunque se revalorizan un 19% respecto del precio marcado en la última sesión anterior a conocerse el interés de ACT y ya se ha recuperado de los mínimos de 30 meses. El mismo día de la noticia se dispararon hasta un 23%.