
La reciprocidad en las exigencias de producción de los países terceros y la posible ampliación que la UE quiere acelerar, centrarán la nueva legislatura europea para la que Asaja y Coag piden una revisión 'realista' de las políticas medioambientalistas ampliando plazos y recursos.
El anuncio de la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von der Leyen, de iniciar de forma inmediata las negociaciones para la incorporación de Ucrania a la UE marcará la agenda agraria en la próxima legislatura europea. Según el think tank Bruegel, la entrada del nuevo socio tendría un impacto de 85.000 millones de euros en ayudas de la PAC en el presupuesto plurianual europeo.
Empezar las negociaciones del marco financiero 2028-34 será uno de los primeros cometidos de las instituciones europeas saliente de las elecciones del pasado 9-J, que prologarán su mandato hasta 2029. "A nivel de agricultura, la entrada de Ucrania afectará muchísimo. Tiene una gran extensión agrícola y la PAC se reparte principalmente por la superficie, aunque el modelo de explotaciones que tienen no casaría muy bien con el sistema que hay ahora", asegura José María Castilla, director de la Oficina de Asaja en Bruselas, que añade que "somos claros y tajantes y no podemos aceptar que sea el agricultor el que pague la entrada de Ucrania tanto por dinero como por mercado". El país del Este es el segundo del mundo por tierra agrícola productiva y el quinto exportador de grano.
José Luis Miguel, director técnico de la UE explica que "la negociación del marco presupuestario, que comenzará ya en 2025 y afectará a la PAC, va a estar envuelta en muchas incertidumbres entre ellas la incorporación o no de Ucrania aunque también la situación de Europa porque el declive económico es bastante evidente". Aunque "siempre nos recortan fondos", Miguel confía en que las ayudas al sector agrario se mantengan "en términos reales, sin la inflación porque si no caemos en la trampa".
Las cláusulas espejo han sido una de las principales demandas de los agricultores españoles durante las intensas protestas previas a las elecciones que el ministro de Agricultura, Luis Planas, se ha comprometido a impulsar en la UE. Son, por tanto, otra de las cuestiones sobre el que el sector va a estar muy pendiente. "Donde más se va a poder hacer es de cara al futuro con los tratados comerciales bilaterales porque a nivel de la OMC lo veo más complicado", afirma José Luis Miguel.
En su opinión, el principal problema es que "a la hora de imponer este tipo de cláusulas en acuerdos comerciales con terceros países, la UE tiene la fuerza que tiene y en muchos caos se lo rechazan".
José María Castilla considera que "las cláusulas espejo no son algo que se aprueba de la noche a la mañana porque hay que cambiar no solo la normativa europea sino también a nivel de la Organización Mundial del Comercio. Lo importante es hacer una revisión de los acuerdos comerciales actuales y por lo menos en materia de fitosanitarios ir introduciendo esa cultura" de reciprocidad en las condiciones de producción en los países terceros. No obstante, apunta a otra solución. "Si no se puede ir por esa vía, hagamos un parón legislativo en Europa y demos tiempo a los demás países para que hagan unas políticas agrarias similares a las nuestras".
Junto a estos asuntos, el representante de Asaja fija otras prioridades agrarias para las renovadas instituciones europeas. "La primera es que el próximo comisario de Agricultura tenga peso político, y eso significa que sea vicepresidente. Es fundamental que la política agraria, pero sobre todo la seguridad alimentaria, se ponga en el centro de la estrategia europea".
Veto a Teresa Ribera
La organización agraria ha enviado una carta a Úrsula Von der Leyen, principal candidata a la Presidencia de la Comisión Europea, mostrando su total oposición a que la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, pueda ser la próxima comisaria de Acción Climática o Energía, como quiere el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. "Sería repetir el mismo error del nombramiento de Franz Timmermans, que enfrentó al sector agrario con el resto de la sociedad"
La flexibilización de las exigencias medioambientales también ha sido otro de los asuntos centrales de las movilizaciones del sector productor. José Luis Miguel no confía en que la UE mantenga el cambio de rumbo en la política medioambientalista pese a que ha suavizado las medidas en los últimos meses "más que por las protestas agrarias por las elecciones. Van a seguir por el mismo camino. Si sigue Van der Leyen y mandamos a Teresa Ribera es que las cosas van a seguir igual".
"En el tema medioambiental estamos todos de acuerdo en que hay que ser más sostenibles. El problema viene por una cierta imposición de calendarios, de políticas y medidas que se quieren aplicar desde Bruselas a unas actividades que son muy sofisticadas y muy complejas. Ahí es donde se empieza a patinar. Se debería dar un toque de realismo. Si los que saben de un sector determinado se quejan será por algo, sobre todo cuando se trata de un sector esencial como la agricultura que tiene que producir para alimentar a la población y eso no se puede poner en riesgo", afirma.
En esa misma línea, José María Castilla apunta que "no estamos en contra de estas políticas a favor de mejorar el medio ambiente sino de cómo quieren hacerlo. Y para que se haga una transición correcta siempre hay que tener en cuenta tres cosas: no podemos aceptar la fecha del 2030, una fecha politizada, ideologizada y muy cercana y hay que irse al menos a 2050; en el tema de presupuestos no podemos aceptar que los agricultores y ganaderos paguen esa transición ecológica con el dinero de la PAC. Ése es un error de estrategia. Y no aceptaremos esas condiciones si no se obligan a los países terceros a cumplir la misma normativa".
Continuismo
También coinciden en que el campo estará vigilante ante las políticas de la UE. "Creo que el acuerdo entre los grandes partidos va a estar sobre fundamentos ambientalistas y urbanitas, como ha sido hasta ahora, Otra cosa es que puedan, porque las cosas se pueden poner complicadas y cuando menos se espere se produce una catarsis", afirma José Luis Miguel.
"Seguiremos trabajando a nivel técnico, haciendo lobby, presentado estudios de impacto, proponiendo enmiendas y hay esperanza en el sector pero si no se cumplen las demandas del campo estamos dispuestos a nuevas movilizaciones", concluye José María Castilla.