
Tras la polémica suscitada por el hecho de que las frutas y hortalizas importadas de Marruecos no reflejen si se trata de productos procedentes del Sahara Occidental, territorio que Marruecos ocupa ilegalmente, y de que una abogada general del Tribunal de Justicia de la Unión Europea haya solicitado que la etiqueta de estos productos refleje si su procedencia es de esta región y no de Marruecos, surge ahora una nueva controversia con el país vecino debido a que el Sistema de Alerta Rápida para Alimentos y Piensos de la Unión Europea (Rasff) ha emitido una alerta por haber detectado la presencia de residuos del pesticida clorpirifos por encima de los niveles permitidos en melones procedentes de Marruecos.
Los análisis se han realizado en un control de fronteras y este hecho ha avivado el debate sobre la procedencia. La asociación de consumidores Facua critica que la escasa información publicada al respecto por Comisión Europea siembra la sospecha sobre todos los melones procedentes de Marruecos, ya que no se dan detalles sobre la empresa productora y ni tan siquiera sobre la zona del país en la que se han cultivado.
En la notificación sobre los melones procedentes de Marruecos se menciona un riesgo "potencialmente serio" que existe para la salud al superarse en los análisis realizados el nivel máximo de clorpirifos permitido, de 0.01 mg/kg – ppm de esta sustancia.
El clorpirifos es un insecticida organofosforado de uso común en la agricultura, que se utiliza sobre todo para controlar las garrapatas en el ganado. Se rocía en los cultivos para controlar las plagas y acaba con las cochinillas, moscas blancas, trips de la platanera, numerosas orugas defoliadoras y minadoras, algunos escarabajos y otros insectos.
Dada su toxicidad y riesgos para la salud humana, fue prohibido en el año 2020 por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria y un año después por la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos. Desde agosto de 2008 no está permitido su uso para preparados biocidas de uso ambiental ni en la industria alimentaria. Su utilización ha quedado limitada a la agricultura y a nivel doméstico en jardines.
Imposible comprobarlo
El sistema Rasff ha emitido la alerta este viernes, 5 de abril, aunque en ella no ofrece dato alguno relacionado con la zona del país de la que proceden los melones contaminados, la marca bajo la que se comercializan o la plantación de donde proceden los melones.

Por ello, Facua reclama cambios en los protocolos de información del Rasff, de manera que se ofrezca el mayor nivel de detalle sobre los productos peligrosos detectados, ya que esta falta de información por parte del Sistema de Alerta Rápida para Alimentos y Piensos de la Unión Europea imposibilita que los consumidores puedan comprobar si han comprado o consumido alguno de los productos alertados.
La Unión Europea y buena parte de la comunidad internacional consideran que el territorio del Sáhara Occidental goza de un estatuto separado y distinto del de Marruecos. Por lo tanto, al igual que el Código aduanero de la UE, las normas sobre el etiquetado de productos alimentarios exigen que se indique el territorio del Sáhara Occidental como país de origen de los melones y otros productos cultivados y cosechados en esta zona, y más si se detectan niveles exagerados de pesticida, como es ahora el caso.
Marruecos exprime el mercado
Marruecos exporta melones a España desde hace décadas, entre 4.000 y 8.000 toneladas anuales, aunque en los últimos años ha redoblado su producción y exporta cada vez más. Solo en los nueve primeros meses de 2023, el país vecino exportó a España 13.800 toneladas de melón por un montante de 10 millones de dólares, según datos de East Fruit.
Es su cifra más alta, superando incluso los datos de 2018, cuando, debido a la sequía en España, excepcionalmente Marruecos envió a nuestro país más de 12.000 toneladas de melón del total de 78.000 toneladas importadas por España, su máximo histórico.
España también importa melones de Senegal y sobre todo de Brasil, aunque las circunstancias han llevado a que Marruecos se consolide como proveedor preferente. De hecho, España es el séptimo mayor importador de melones del mundo y su mayor mercado era Brasil -hasta dos tercios de las importaciones-, pero la tendencia está cambiando.
Estos datos contrastan con el hecho de que España sea uno de los mayores exportadores de melones del mundo. En 2022 solo se vio superado, y muy ligeramente, por Guatemala.
La participación de Marruecos en las importaciones suponía entre el 6% y el 8%, pero el país magrebí ha escalado hasta el 18%. Marruecos ya es el duodécimo exportador mundial de melones, con unos números de cerca de 57.000 toneladas de este producto en lo que va de año. Pese al incremento de la partida de melones a España, Francia sigue siendo el mejor cliente del país norteafricano.
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