Retail - Consumo

Consejos para evitar que nos vendan un jamón ibérico falso

El pasado 24 de junio, la Guardia Civil, de la mano de técnicos de la Delegación Territorial de Salud y Consumo de Sevilla, incautó más de 50.000 kilos de jamones y paletas de cerdo en las localidades de Alcalá de Guadaíra y Dos Hermanas. Los jamones estaban almacenados en cámaras de congelación en muy mal estado. Tan malo que incluso algunas patas estaban estaban totalmente cubiertas de moho o con gusanos.

La operación arrancó a comienzos de año, en el marco de una inspección, en la que los agentes observaron deficiencias en el etiquetado de los productos. En concreto, se detectó que se habían manipulado las fechas de caducidad y loteados o que se distribuían como piezas de "cerdo ibérico de norma" cunado, en realidad, se trataban de otras de inferior calidad o de otros tipos de cerdo que nada tenían que ver con el ibérico.

Para dar el cambiazo, los estafadores contaban con puestos de "lavado de cara" donde los jamones primero eran lavados con agua a presión o quemados para que aflorara la grasa. Después se les aplicaba una mezcla de aceite de semillas y carbón vegetal para mejorar su aspecto de producto "pata negra". También se localizaron bidones de acaricida, que se aplicaba para evitar insectos e incluso cuando la pieza entera no reunía los mínimos requisitos, la usaban para comercializarla cortada en lonchas o en bolsas de tacos.

Precauciones antes de comprar

A menos que un organismo de seguridad alimentaria intervenga en el proceso logístico (como en este caso) o que el comprador sea un experto en jamones, el consumidor general es susceptible de caer en este u otro tipo de engaños. Nadie está exento de pagar de más por un jamón que, en realidad, no es lo que dice ser. Por ello, desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) alertan de la necesidad de ser precavidos.

"Los etiquetados también estaban falsificados, manipulándose fechas de caducidad y lote, incluso el número de registro sanitario que se estaba usando no existía y el certificado de calidad de los ibéricos se había copiado a otro operador. De modo que el consumidor lo tenía muy difícil para poder observar el fraude a simple vista", considera la organización.

Sin embargo, el comprador puede adoptar algunas medidas para, en la medida de lo posible, detectar posibles fraudes.

- Comprar siempre en canales habituales de compra, como supermercados o tiendas especializadas, y nunca en canales dudosos ni a través de amigos o intermediarios que dicen conocer a proveedores que lo venden más barato.

- Sospechar siempre de los precios anormalmente bajos. "Si algo es tan bueno que no parece verdad, lo más normal es que no lo sea", aconseja OCU.

- Verificar el aspecto del alimento: que sea el habitual en este tipo de productos. En este sentido, OCU dispone de una 'Guía de compra de jamón' en la que se explican las características que debe reunir cada tipo de jamón.

- Ante las dudas, denunciar siempre a las autoridades sanitarias y las competentes en materia de protección al consumidor y seguridad alimentaria.

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