
La empresa de jamonerías Enrique Tomás está negociando nuevas ubicaciones para máquinas de vending con sus productos, según indicó a elEconomista.es el fundador de la compañía con motivo de la presentación de las primeras 30 máquinas, situadas en el Aeropuerto de Barcelona y por las que pagará a Aena 26 millones de euros durante la vigencia del contrato de concesión, de cinco años.
"Tienen sentido en todos aquellos lugares donde se tenga un tráfico elevado de personas, como transporte público, estadios deportivos, grandes superficies y oficinas", ejemplifica Tomás.
"Aunque a día de hoy no hay compromiso que podamos anunciar todavía, podemos decir que las conversaciones van en ese sentido, y que pronto podremos anunciar nuevas localizaciones", agregó, destacando que el producto fresco se renovará cada cuatro horas, gracias a la cercanía de los locales de producción que la empresa tiene en el propio aeropuerto.
Enrique Tomás prevé vender más de 3.000 bocadillos recién hechos al día, que se suman a los sobres de jamón y otros snacks de la marca también disponibles en las nuevas dispensadoras.
El precio de los productos es el mismo que en el resto de puntos de venta de la compañía, si bien los bocadillos disponibles las 24 horas en las dispensadoras son los de la gama alta, señala Tomás.
La empresa cerró 2022 con 84 millones de euros de facturación, un 50% más que el ejercicio anterior, y aspira a doblar esta cifra en 2023.
Constituida en 1990 en Barcelona, la cadena Enrique Tomás dispone actualmente de una red de un centenar de tiendas, en su mayoría distribuidas por España y el resto por Francia, Reino Unido, Italia, Andorra y América.
En sus establecimientos, Enrique Tomás ofrece la venta directa del jamón, así como una zona de degustación. Cada día vende más de 1.500 jamones en todo el mundo.