Barcelona/Madrid
Las familias Drago y Boroli, propietarias del grupo De Agostini, y el presidente de Atresmedia, José Creuheras, no tienen el mismo éxito en la agricultura que en su negocio mediático. Más allá de compartir intereses en el conglomerado mediático español y coinvertir en sociedades con el Grupo Planeta, el dirigente y la saga transalpina son accionistas de HaciendasBio, una compañía con sede en Extremadura dedicada a la venta de fruta y verdura ecológica. Las deudas hace tiempo que acechan a la organización, que trató de mejorar su situación poniéndose en manos de Jordi Fainé -hijo de Isidre Fainé, presidente de Criteria-, pero no ha logrado evitar caer en una reestructuración judicial, la figura prevista en la nueva ley concursal que otorga a los acreedores el poder de imponer un plan a las empresas. Por ello, la compañía ya asume la entrada del fondo Oquendo en su capital para hacer frente al pasivo.
Según ha podido saber elEconomista.es, el juzgado de lo mercantil número 1 de Badajoz tiene sobre la mesa el expediente de la organización. El magistrado ya designó a FTI Consulting como experto independiente para que asesore la reestructuración. Fuentes financieras explican que el acuerdo final pasará por una quita de deuda por parte de la banca y la entrada de Oquendo Capital en el accionariado, que hoy controlan las familias Drago y Boroli, propietarias del Grupo Agostini, y en el que también están Creuheras; Ferran Conti, presidente del fondo de private equity Aurica Capital; y el exconsejero delegado, Francisco Casallo.
Las mismas fuentes señalan que el pasivo total ronda los 70 millones de euros entre lo adeudado a la gran banca española y a Oquendo. La compañía hace tiempo que sufre por su elevado endeudamiento. Durante la pandemia vio cómo las dificultades para exportar sus productos y la subidas de costes complicaron todavía más las dificultades hacer frente al calendario de pagos.
HaciendasBio fichó hace dos años a Jordi Fainé, que refinanció la deuda con la banca
Por ello, hace dos años fichó a Jordi Fainé, hijo de Isidre Fainé, como consejero delegado en sustitución de Casallo, uno de los dos fundadores de la compañía, que siguió llevando el día a día de la actividad. El hijo mayor del ilustre financiero catalán era un viejo conocido de Creuheras -dirigió la patrimonial de la familia Lara (Planeta) hasta 2011- y logró refinanciar la deuda con la banca en abril de 2022, algo que finalmente no ha sido suficiente para evitar caer en una reestructuración judicial. Sí ha evitado el fantasma del concurso de acreedores.
De este modo, Oquendo, que prestó algo más de 12 millones de euros a HaciendasBio desde 2020 pretende hacerse ahora con parte del capital. El resto de la deuda obedece prácticamente toda a un préstamo sindicado con la gran banca española, que ronda los 46 millones de euros, y varias líneas de circulante. Las entidades, no obstante, no tienen intención de entrar en el accionariado de la firma.
HaciendasBio, con patrimonio neto negativo
La compañía registró unas ventas de 31,5 millones en 2021 –el último ejercicio disponible en el Registro Mercantil-, una reducción del 20% frente a 2020. Además, perdió 14,6 millones de euros, el 45% más que en el ejercicio precedente.
El agujero provocó que entrase en causa de disolución, pues al cierre de la campaña contaba con un patrimonio neto negativo de 6,7 millones de euros.
Fundada en 2003 por Francisco Casallo y José Ramón Rituerto, HaciendasBio llegó a gestionar 2.300 hectáreas entre 35 fincas repartidas por Extremadura, Sevilla, Almería, Aragón, Cataluña y Portugal. La firma fue una de las primeras en apostar por la agricultura ecológica en España y basa su modelo de negocio en la exportación. De hecho, Alemania, Francia y Suiza concentran más del 50% de las ventas de la organización.