Las cadenas de supermercados trabajan a contrarreloj para adaptar los precios de entre 3.000 y 5.000 referencias antes del 1 de enero, fecha en la que entrará en vigor la rebaja del IVA aprobada por el Gobierno sobre pasta, aceites y otros alimentos básicos.
En apenas tres días, los equipos informáticos de las principales cadenas de distribución alimentaria tendrán que variar los precios aplicados sobre miles de alimentos que van desde la leche o los huevos, al pan o los cereales.
Según Aurelio Pino, presidente de Aces, patronal que agrupa a grandes cadenas como Alcampo, Carrefour, Eroski o Supercor, los establecimientos llegarán a tiempo para que los consumidores "paguen lo que tienen que pagar" a partir del 1 de enero.
Del Pino ha precisado que, a pesar de la premura, el sector ha valorado esta medida que va en la línea "adecuada" y que solicitaban desde hace meses para apoyar a un consumidor atosigado por la subida de precios, originada por el incremento de sus propios costes, especialmente a causa del encarecimiento de las materias primas, la electricidad y los carburantes.
La patronal de la distribución Asedas, que engloba a Mercadona, Lidl y Dia, comparte esta opinión de que, pese al poco margen de tiempo, se llegará a tiempo. Su director general, Ignacio García Magarzo, ha aplaudido en un comunicado las medidas del Gobierno que van "en la dirección correcta" para hacer frente a una subida de precios, tras 20 años de "extraordinaria estabilidad de los mismos".
Ha recordado que desde hace un año la distribución había apuntado como solución "rápida" bajar el IVA, como "impuesto inflacionista", por lo que consideran una buena medida la incluida por el Gobierno en su paquete anticrisis para "dedicar parte del exceso de recaudación a ayudar a los consumidores gracias a esta rebaja fiscal". En cualquier caso, ha precisado que echan en falta que esta rebaja llegara a "otros productos", ya que por ejemplo la carne y el pescado se han quedado fuera de esta reducción.