
"Limitar a los estancos la venta de cigarrillos electrónicos provocará la desaparición de 400 empresas y la destrucción de 3.000 puestos de trabajo". Esa es la advertencia que lanza Arturo Ribes, presidente de la UPEV, la Unión de Promotores y Empresarios del Vapeo.
Pese a que, según Ribes, "hay evidencias científicas de que el vapeo es una vía eficaz para reducir el tabaquismo", el Gobierno ha emprendido una batalla contra el sector y quiere restringir su venta a los estancos, lo que provocará la desaparición de las tiendas especializadas que han ido abriendo en los últimos años.
Aunque su intención con ello pasa, en teoría, por reducir el consumo y evitar su uso entre los más jóvenes, para el presidente de la patronal del vapeo, "se trata de una medida que solo servirá para trasladar nuestra facturación a los estancos".
El sector alcanzó el año pasado en España unos ingresos de 88 millones de euros y, aunque este ejercicio está previsto un crecimiento del 30%, las cifras siguentodavía muy lejos de las de otros países europeos. En Reino Unido, por ejemplo, el cigarrillo electrónico factura más de 300 millones de euros y en Francia se han superado igualmente los 200 millones.
Estudios científicos
Ribes recuerda que "los estudios científicos sobre los beneficios del cigarrillo electrónico son numerosos y se ha demostrado que la efectividad para dejar el tabaco es del 77%", insistiendo, además, en que "nuestros países vecinos como Francia, Alemania, Italia o Inglaterra han conseguido reducir las tasas de tabaquismo –según datos del Ministerio de Sanidad francés, más de 700.000 personas han dejado el tabaco convencional gracias al vapeo". Pero aquí la situación es otra y "el Gobierno español ha optado por seguir una estrategia completamente opuesta y luchar contra estos dispositivos, ignorando lo que pasa en el resto de Europa".
En esta misma línea, el presidente de la UPEV recuerda que "frente al 12,5% de menores que fuma, en el caso del vapeo ese porcentaje es de solo el 1,2% y, mientras que nosotros realizamos una labor de vigilancia y lanzamos campañas para que los menores no utilicen el cigarrillo electrónico, eso es algo que los estancos no van a hacer". El cierre de las tiendas provocará de forma inmediata la destrucción de 1.300 empleos, pero el sector advierte de que la medida tendrá un impacto mayor, ya que la reducción del consumo afectará también a fabricantes y distribuidores.
Esta no es sin embargo la primera vez que el Gobierno intenta frenar el uso de los cigarrillos electrónicos y acaba chocando con el sector. En 2019 los ministerios de Sanidad y Consumo lanzaron así la campaña 'El tabaco ata y te mata en Todas sus formas', que puso ya en pie de guerra al sector.
Desde la UPEV denunciaron ya entonces que "la campaña supuso la pérdida de numerosos empleos y una reducción anual del 70% en las ventas de kits básicos, que son los productos que suelen comprar los fumadores que se deciden por primera vez a intentar dejar de fumar con esta herramienta de reducción de daños por tabaquismo".
Con el anteproyecto de ley, que está en proceso de alegaciones, ya en marcha, desde la industria del vapeo se abren ahora a discutir un aumento de la fiscalidad a cambio de que les siga permitiendo la venta del cigarrillo electrónico.