
El grupo alemán Eckes-Granini es líder en Europa y en España en el sector de los zumos, y Javier Lorenzo está al frente de la filial ibérica desde 2011. Además, desde 2016 es también el presidente de la asociación española del sector, antes Asozumos y desde mediados de marzo denominada Zumos y Gazpachos de España.
Aunque a primera vista no queda nada por inventar en el sector de los zumos, las marcas trabajan continuamente en novedades, y Eckes-Granini no es una excepción, con los pilares de la salud y la sostenibilidad al frente, y su marca Hohes C como ejemplo recién estrenado en España.
¿Cuáles fueron los resultados de Granini Ibérica en 2021?
Estamos muy contentos porque tuvimos un crecimiento importante, llegando a 46,5 millones de euros de facturación, un 9% más que en 2020, y con una recuperación espectacular del canal horeca, que ha crecido un 54% respecto a 2020, con una facturación de 14 millones de euros. Ahí aún estamos a un 76% del nivel de 2019, pero esperamos recuperar la normalidad en 2022. Ya lo hemos visto en el primer trimestre y en la campaña de Semana Santa, y esperamos un buen verano por la afluencia de visitantes extranjeros. El 2021 ha sido el año de la recuperación y 2022 el de la consolidación de los resultados de 2019, y a partir de aquí… a crecer. En consolidado estamos ocho puntos por debajo de 2019 y es lo que hemos de recuperar este año. El grupo Granini facturó un total de 865 millones en 2021. La compañía está en más de 80 países, pero España es el tercero en beneficio y el quinto en volumen.
¿El grupo prevé también crecer geográficamente?
Estamos inmersos en la denominada internamente agenda 20-25, que empezó en 2021 y son cinco años, y que prevé entre uno de sus pilares la expansión geográfica, hacia regiones como Extremo Oriente (China), África, Oriente Medio y algunos países de Latinoamérica.
Y en producción local, ¿todo es para España y Portugal o también se exporta?
Realizamos producción local, en nuestro caso en Lekunberri (Navarra), con nuestro colaborador Agrozumos, y exportamos una pequeña parte porque tenemos acuerdos dentro del grupo. Nuestras exportaciones en los últimos años han sido entre el 1,5% y 3,5%. En concreto para 2022 nuestra estimación es del 2,6%. Nuestros principales clientes de exportación son filiales de nuestro grupo en Suiza y Hungría que venden en sus países productos con el mismo packaging al que vendemos en España.
¿Cómo se reparte la facturación?
Un 57% procede del canal alimentación y un 43% de horeca. Tenemos una cuenta muy equilibrada. El canal horeca es muy importante para la estructura económica de España y también lo es para Eckes Granini. Lo han pasado muy mal en 2020 y 2021 y les estamos apoyando.
¿Cataluña y España en general es proveedor de fruta para el grupo?
Sí, el departamento de compras, que está en Alemania, compra melocotones y peras en Lleida, pero no es una proporción significativa en el total del grupo porque no son sabores principales. Por ejemplo, el melocotón es un sabor muy apreciado en España y ocupa el tercer lugar, pero fuera de España no. Estamos comprando una variedad amplia de frutas en España. Además de las mencionadas, también albaricoque, uva, mandarina, limón, fresa, tomate y zanahoria. En concreto, con el melocotón, albaricoque y uva casi el 100% del producto tiene origen España. Pero si nos vamos a los volúmenes totales del grupo, donde incluimos todas las frutas tropicales, los cítricos y la manzana, que proviene principalmente del norte de Europa, el total de fruta con origen España está ligeramente por encima del 5%.
Con la marca Pago, que es muy potente en hostelería, han iniciado la venta directa al consumidor a través de Internet. ¿Cómo está funcionando?
Es algo muy reciente, todavía no tenemos resultados, pero uno de los programas clave de la compañía es la digitalización, junto a la innovación y la sostenibilidad, y se están dando impulsos muy fuertes. Estamos trabajando en el e-commerce, tras el boom de 2020, que mantuvimos en 2021 y que está creciendo en 2022. Estamos trabajando con todas las plataformas de distribución tradicionales y las nuevas tipo Glovo, Getir, Gorillas y Amazon. Pero llegar directamente al consumidor requiere tiempo para hacerlo bien, y acabamos de empezar.
¿Cómo afecta al grupo la crisis de costes y suministros por la pandemia y la guerra de Ucrania?
Desde finales de 2021, la llegada de suministros empezó a ser algo que debíamos gestionar desde la dificultad, pero hicimos una planificación y nunca nos ha faltado nada significativo que haya parado la producción. Para conseguirlo, hemos tenido una inflación en costes significativa, porque teníamos que contratar barcos y transporte terrestre a precios un 20% o 30% superiores a lo habitual. El 24 de febrero, con la guerra de Ucrania, la situación se agravó. El cristal es muy importante para nosotros para el canal horeca y hay fábricas importantes en Ucrania que han parado la producción, y por tanto hemos tenido que buscar otros proveedores. Y cuando parecía que estábamos empezando a controlar esto, llegó la huelga de transportistas en marzo.
¿Y cómo les afectó?
Fue grave. Fue imposible servir el 15% de lo que teníamos encargado y se acabó el stock en los puntos de venta, así que hay una venta no recuperable, porque lo que no bebes hoy no lo bebes por duplicado otro día ni vas a tener más sed.
¿Se plantean aplicar reduflación, es decir, reducir el tamaño de los envases para mantener el precio?
No lo hemos hecho en ninguna gama de producto ni está en nuestros planes hacerlo, pero sí que hemos tenido que subir un 4% el precio final, que es una muy pequeña parte de lo que estamos sufriendo. Este año estamos soportando un incremento promedio de costes operativos del 15%, con datos del primer trimestre. No vamos a pedir al consumidor que asuma este incremento, pero todo es más caro: el transporte, la energía, los suministros, las materias primas… por ejemplo, la piña ha subido un 36%.