
El alza de los precios se ha convertido ya en la principal preocupación de los consumidores españoles, situándose en el 9,8% el pasado mes de abril. De esta manera, el 62% de los consumidores españoles aseguran que la inflación es lo que más les preocupa a largo plazo, dejando relegados temas como la pandemia, la invasión de Ucrania o el cambio climático.
Como consecuencia de la inflación, los españoles se han visto obligados a cambiar su modo de vida. Estos han tenido que recortar el gasto y optar por marcas más económicas. Además, un 56% de los consumidores declaran ser más conscientes del uso de la energía en el hogar, según los resultados de la encuesta europea "El Pulso del Consumo 2022" de McKinsey & Company.
Según ha afirmado Ignacio Marcos, socio senior en McKinsey & Company: "La preocupación por la escalada de los precios está siendo muy notable para los consumidores españoles con un efecto directo sobre el gasto. Dos tercios de los españoles están reaccionando al aumento de precios buscando principalmente alternativas más baratas de productos o tiendas, u optando por marcas blancas".
Por otro lado, un 21% de los españoles expresa el temor a la posible escalada de la guerra en Ucrania, especialmente, las generaciones de mayor edad. Mientras que a los más jóvenes les preocupan las tasas de desempleo.
En España ha habido un aumento del pesimismo en un 25%, en comparación con los datos de octubre de 2021. Esto se debe principalmente a la visión negativa que hay en torno a la posible recuperación económica del país. Detrás de las visión negativa de los españoles sobre la economía se encuentran también razones como la interrupción de suministro de gasolina (46%), el alza de los tipos de interés (28%) junto con la escasez de la energía (24%) y los alimentos (24%).