Rusia está robando cosechas de grano ucraniano e intenta venderlo en los mercados internacionales. El Ministerio de Asuntos Exteriores de Ucrania estima que Rusia habría incautado entre 400.000 y 500.000 toneladas métricas de grano, el equivalente a más de 100 millones de dólares, desde el inicio de la guerra. Según este ministerio, el ejército ruso ha transportado el grano robado a Crimea, donde se cargan en buques rumbo al Mar Mediterraneo para venderlos. El Matros Pozynich sería uno de ellos. El barco se encuentra actualmente atracado en Latakia, la principal ciudad portuaria de Siria, desde donde puede suministrar el grano a otros países de Oriente Medio.
El Matros Pozynich, que zarpó del puerto de Crimea a finales de abril, transporta 27.000 toneladas de grano y se dirigía originalmente al puerto de Alejandría, en Egipto. Según FleetMon, las autoridades egipcias impidieron que el barco echara el ancla y finalmente puso rumbo a Siria. El buque apagó sus transportadores el 4 de mayo. Se sabe que es el mismo atracado en Latakia por las imágenes por satélite captadas por Planet Labs y posteriormente verificadas por Associated Press.
El bloqueo naval ruso y el bombardeo de la ciudad portuaria de Osea han impedido que los barcos ucranianos que transportan grano salgan de los puertos. En total, este bloqueo ha provocado que cerca de 25 millones de toneladas de grano se queden en los almacenes del país invadido, quedando a merced del ejército de Vladimir Putin.
El mundo sigue comprando trigo ruso
La guerra no ha impedido que el resto de naciones sigan comprando trigo a Rusia. Es cierto que al inicio del conflicto se produjo una leve caída en la demanda, debido principalmente a que algunos comerciantes tuvieron problemas de financiación y logística. Pero, en líneas generales, los envíos de trigo han mantenido sus volúmenes habituales. Es más, las ventas de trigo de Rusia se triplicaron el mes pasado con respecto al año anterior, aunque hay que tener en cuenta que se partía de una cantidad inferior a la habitual debido a los impuestos a la exportación.
A finales de marzo, las ventas alcanzaron los 26,8 millones de toneladas. Las exportaciones de abril ascendieron a 2,1 millones de toneladas, según Logistic OS. Unas cifras consecuencia de la fuerte demanda de grano, impulsada por la propia guerra iniciada por Rusia, el país invasor ha visto reforzados sus ingresos por el trigo por un impuesto a la exportación que introdujo para salvaguardar los suministros locales.
Aunque han sido muchas las empresas extranjeras que han anunciado que abandonan Rusia desde el inicio de la invasión, no ha sido la norma entre las compañías agroalimentarias, que como mucho se han comprometido a no hacer nuevas inversiones en el país.
El grano ruso ha seguido fluyendo principalmente porque el sector no se ha visto afectado por las sanciones ni se ha enfrentado a las presiones a las que se han visto sometidos otras industrias con el fin de frenar su actividad, según recoge Bloomberg.
A punto de sufrir una escasez de alimentos
La Organización de Naciones Unidas ha alertado esta semana de que, de seguir la guerra de Ucrania y el bloqueo de las ciudades portuarias ucranianas, se avecina una crisis alimentaria a nivel mundial.
"En 2023, habrá un problema de escasez de alimentos", aseguró en una conferencia David Beasley, director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos de la ONU, que recoge Fortune. Para evitar este escenario, Beasley instó a las autoridades rusas a levantar el bloqueo a toda costa ucraniana.
Los primeros países que primero y más se verían afectados por la escasez de alimento en caso de continuar el conflicto armado serían Tanzania, Uganda, Sudán y Camerún, quienes dependían de Ucrania y Rusia para al menos la mitad de sus importaciones de trigo antes de la guerra, según datos de Human Rights Watch.