
La invasión de Rusia al pueblo ucraniano ha generado un incremento de los precios que afecta en gran medida a los alimentos, entre ellos al trigo. La variedad de trigo duro es la que está experimentando las subidas más significativas, con un incremento de casi el 75% desde el pasado mes de julio. Por ello, la mejor forma de evitar esta subida de precio del trigo es sustituirlo por otros productos que cumplan con las mismas propiedades y sabor.
El trigo es un alimento que representa una parte de las bases de la alimentación humana, ya que es muy rico en sales minerales y vitaminas A, B y E, ofreciendo gran cantidad de beneficios saludables y terapéuticos. Como planta medicinal se utiliza para tratar la anemia, astenia y la deficiencia de crecimiento, además de recomendarse para el tratamiento de la esterilidad, durante el embarazo, y mientras perdure el periodo de lactancia materna.
Los germinados de trigo contienen dos o tres veces más vitamina B que el trigo común, por ello las semillas germinadas se utilizan para el tratamiento de enfermedades gastrointestinales, cardiovasculares y afecciones respiratorias.
Otra de las propiedades del trigo es que posee la capacidad de luchar contra el colesterol, ya que contiene ácidos grasos esenciales que impiden la acumulación del mismo en las paredes de los vasos sanguíneos, al incrementar el colesterol bueno o HDL, y, por consiguiente, reducir el colesterol malo o LDL.
En España, el trigo es uno de los cereales más consumidos, sin embargo, eso no quiere decir que no existan otras alternativas con propiedades o gusto similares a este producto. En primer lugar, la quinoa, un tipo de cereal que es increíblemente versátil y posee una gran fuente de fibra y proteínas vegetales. Además, es uno de los granos más saludables, con una gran cantidad de antioxidantes que pueden ayudar a reducir el riesgo de contraer diferentes enfermedades.
También es uno de los pocos alimentos vegetales que se considera una fuente repleta de proteínas. A diferencia de la gran mayoría de productos de origen vegetal, la quinoa contiene los ocho aminoácidos esenciales para nuestro organismo, lo que hace de esta semilla una excelente fuente de proteínas de origen vegetal.
Otro gran sustituto del trigo es la avena, que destaca por poseer una gran cantidad de beta-glucano, un tipo de fibra soluble que causa múltiples beneficios para nuestra salud, además de que es capaz de disminuir el colesterol malo sin afectar al bueno. Otros estudios han demostrado que el betaglucano puede retardar la absorción de glucosa y reducir los niveles de insulina y azúcar en sangre.
Un producto no tan conocido como los dos mencionados anteriormente, pero que puede ser un gran sustituto del trigo es el amaranto, un cereal con una larga tradición e historia en la América precolombina. Se trata de un grano altamente nutritivo debido a su alta cantidad de fibra, hierro, magnesio, fósforo y manganeso entre otros. Igualmente, se considera como un cereal capaz de disminuir varios factores de riesgo en enfermedades cardíacas.
El consumo del trigo en España es bastante alto, sobre todo cuando se presenta en formato de harina. Por ello, con respecto a las alternativas de harina para este producto destaca la harina de almendra, que se obtiene de moler almendras sin cáscara. Es característica por su bajo índice glucémico y su significativo contenido en proteínas, grasas saludables y vitamina E.
Otra alternativa puede ser la harina de arroz, elaborada a partir de los granos de este cereal finamente molidos o triturados. Incluso se puede hacer en casa de manera muy fácil con arroz blanco, aunque también es válido utilizar el integral. Esta harina nos aporta carbohidratos complejos, además de vitaminas y minerales, por lo que ayuda a saciar el apetito y a nutrir el organismo en general.
La harina de quinoa es otra de las opciones para sustituir la harina de trigo. Se obtiene del grano molido de quinoa lavado, y es un alimento que aporta proteínas, aminoácidos esenciales y vitaminas que mejoran la salud de todo el cuerpo. En concreto, aporta cierta cantidad de hierro, calcio y fósforo, así como de fibra, vitamina E y vitaminas del complejo B, propiedades similares a las del trigo.
El consumo de este tipo de productos, además de que en muchas ocasiones aportan más beneficios nutricionales para nuestro organismo que el propio trigo en sí, nos permite ahorrar dinero en momentos en el que el trigo escasea y es más caro.