A pesar de que los retrasos en el reparto de altos cargos de la Unión Europea impiden a Pedro Sánchez asistir presencialmente a la reunión con la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, este martes se conocerá la fecha del debate de investidura después de que ambos hablen por teléfono y concierten la cita.
Sánchez debe permanecer en Bruselas al menos hasta este martes debido a la falta de consenso en el Consejo Europeo que preside Donald Tusk y que suspendió ayer hasta las 11:00 horas de hoy la reunión entre los jefes de Estado y de Gobierno de la UE.
Ante la incertidumbre sobre cuánto se prolongarán las reuniones en Europa, el jefe del Ejecutivo en funciones decidió ayer sustituir la entrevista prevista con Batet en Madrid por una conversación telefónica, un procedimiento que no es novedoso sino que ya ha ocurrido antes de otras investiduras.
Será Batet, tras hablar con Sánchez y después de comunicar la decisión a los grupos parlamentarios, quien anuncie a las 10:45 ante los medios de comunicación en el Congreso de los Diputados la fecha.
A estas alturas se llega con la segunda o la cuarta semana de julio como las más posibles habida cuenta de que, ante una posible repetición electoral, convocar la investidura en la tercera semana de este mes situaría la repetición electoral en el puente de Todos los Santos en noviembre, con el consiguiente riesgo para la participación cuyo descenso siempre ha afectado más a la izquierda.
Batet y Sánchez cierran hoy una fecha a pesar de la falta de apoyos necesarios hacia el candidato del PSOE, principalmente por el parón en las conversaciones con Unidas Podemos a cuenta del reparto de sillones, de los que ni siquiera les ha ofrecido cargos intermedios, según anunció el lunes el partido.
La idea del presidente en funciones parece ser la de ir al debate aunque no cuente con los síes suficientes para superar el examen parlamentario. Será después de anunciarse el día elegido para intentar ser investido cuando Sánchez retome las negociaciones con los partidos en busca de un poco de oxígeno que le facilite el proceso.
Si finalmente no fuera así, parece que entre las filas de Sánchez no se piensa tanto en una segunda investidura, que sería en septiembre, como en la repetición electoral como escenario 2 en caso de que se confirme un fracaso que no terminan de creerse. De ser así, las urnas volverían a colocarse en noviembre.