
La XIII Legislatura arranca dura. Los acuerdos entre los partidos políticos serán difíciles. El variado mapa de grupos configura perfiles antagónicos, encontrados, incluso si pertenecen a perfiles ideológicos similares. La configuración de la Mesa del Congreso fue el primer ejemplo. En el bloque de la derecha, cada formación ha presentado a su candidato personal. En el caso de la izquierda, todos a una han apostado por Meritxell Batet. El PNV, Compromís, PRC y CC y han dado su voto a Batet, mientras que EH Bildu, ERC y JxCAT han introducido papeletas con votos nulos, lo que anticipa que el regreso de Pedro Sánchez a Moncloa no será un campo de rosas hasta el final, ya que el voto nulo se podría transformar en un voto en negativo. Una mayoría simple ha dado la presidencia del Congreso a Batet.
Meritxell Batet ha necesitado dos votaciones para lograr la Presidencia del Congreso de los Diputados. Tras una primera votación con 175 apoyos, la Mesa ha procedido a una segunda para que, con mayoría simple, la exministra catalana de Política Territorial y Función Pública se convierta en la nueva autoridad de la Cámara Baja.
La contienda política, no se ha bregado sin embargo del lado del bloque de la izquierda. El PSOE y Unidas Podemos han votado de la mano para elegir a la dirigente catalana, con la suma de apoyos del Compromís, PRC y Coalición Canaria, mientras el flanco a su derecha dividía sus opciones, cada uno de ellos presentando a sus respectivos candidatos. Del lado del Partido Popular, Ana Pastor; por parte de Ciudadanos, Sara Jiménez Jiménez y, por Vox, Ignacio Gil Lázaro, exdiputado del Partido Popular y azote de Alfredo Pérez Rubalcaba en el 'caso Faisán. Así pues, tres partidos a la derecha de Pedro Sánchez', y tres candidatos distintos para presidir el Congreso.
Más unidos se han manifestado a través de su voto los independentistas catalanes optando en esta ocasión, al igual que lo han hecho en el Senado, por 19 votos nulos, y dos de ellos en blanco.
Con el resultado de la primera votación a la presidencia del Congreso (175 votos a favor de Meritxell Batet), si éste se repitiese en la sesión de investidura a la Presidencia del Gobierno, la mayoría insuficiente obligaría a la celebración de una segunda votación con mayoría simple suficiente.
En este juego de equilibrios, el candidato Sánchez necesitaría cosechar más síes que noes, una eventualidad que se desvanece, cuando, como ha podido saber elEconomista, Coalición Canaria votará por Ana Pastor a la vicepresidencia de la Cámara, y por tanto, no asegura que en la investidura decida apoyar al candidato socialista, ni siquiera en la segunda votación.
Una sesión de imágenes
Esta primera sesión constitutiva ha sido la de las imágenes peculiares e insólitas. Pedro Sánchez ha soportado sobre sus hombros a toda una fila de diputados de Vox, entre ellos Santiago Abascal, Iván Espinosa de los Monteros y Javier Ortega Smith.
En frente, en la bancada que tradicionalmente ocupaba la dirección nacional del Partido Popular, han compartido fila los líderes del PP y de Ciudadanos, con Pablo Casado en una esquina y Albert Rivera justo en la otra. Al lado del líder de la formación naranja, con pasillo en medio, se encuentra Jordi Sànchez. Curiosa también la imagen de los independentistas catalanes sin parar de utilizar el móvil, una herramienta que les está prohibida en la prisión de Soto del Real.
Entre policías, enormes dificultades para acceder a la parte del Palacio, los pasillos, el Salón de Plenos, con medios de comunicación por cada uno de los rincones de la institución parlamentaria, el comentario no era otro que las enormes dificultades que tendrá el futuro presidente del Gobierno para sacar adelante cualquier ley. El primer examen, los Presupuestos del Estado en septiembre de 2019.