El Gobierno de Pedro Sánchez y el Govern de Quim Torra buscan un perfil perfecto para cubrir el encargo de dar fe (sin recibir remuneración alguna) del contenido de las reuniones de la mesa de diálogo de partidos anunciada ayer. Entre los requisitos necesarios están la nacionalidad española y el dominio del catalán.
La vicepresidenta del Ejecutivo, Carmen Calvo, ha asegurado en una entrevista en Cadena Ser que esta figura a la que accedieron ayer no tiene el estatus de mediador internacional entre otras cosas porque en la mesa no se sentará el Gobierno, que vehicula el diálogo con el Govern desde el plano institucional de la Comisión bilateral Estado-Generalitat prevista en el Estatut.
Del otro lado, la portavoz y consellera de Presidencia de la Generalitat, Elsa Artadi, ha informado de que el Govern ha propuesto una lista de posibles coordinadores y que están a la espera de la respuesta del Gobierno. Se trata de personas que "entienden la lengua", dice, y que no tienen intereses propios en la negociación con el Ejecutivo central. Por este motivo precisamente, el Govern deja fuera al lehendakari vasco, Iñigo Urkullu.
Fue el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, quien ayer anunciaba que se estaban dando conversaciones para nombrar a alguien que diera fe de las reuniones a petición del Govern. Mientras desde Cataluña hablaban de mediador, en Moncloa se encargaron rápido de rebajar el nivel al de relator.
La cesión ocurrió después de complicarse la aprobación de los presupuestos tras anunciar ERC la enmienda a la totalidad de los PGE si Pedro Sánchez, posición que cambiarían, anunciaron, a cambio del nombramiento de un "mediador" y de la retirada de la acusación de la Fiscalía en el juicio al procés.
Por su parte, el PDeCAT estableció un ultimátum al Gobierno central para evitar también una enmienda a la totalidad de los Presupuestos por su parte: antes de las 12:00 horas del viernes Sánchez tiene que aceptar que el diálogo incluya la autodeterminación, extremo que Joan Tardà (ERC) no cree que permitan algunos barones del PSOE, según comenta en esta entrevista para elEconomista.