
Es la cara y la voz del PP en el Parlamento Europeo. Aunque todavía desconoce si repetirá como cartel electoral para las europeas, dice que se encuentra en el momento más bonito de su carrera. No es de extrañar, porque ha sido el artífice de muchas de las buenas noticias que ha recibido nuestro país en los últimos años desde la UE. Sigue teniendo registros poco habituales en los dirigentes de la derecha española: amplia experiencia en cargos de responsabilidad política, sin demasiados enemigos en sus propias filas, y magnífico comunicador, capaz de enfrentarse a cualquier debate televisivo por duro y correoso que sea. Tal vez en eso, en su forma de ser y estar en política, campechana clara y directa, está el secreto de su éxito y por eso ha logrado el respeto de sus adversarios ideológicos. "Los socialistas en el Parlamento Europeo se comportan como auténticos patriotas y defienden la unidad de España, cosa que para vergüenza de todos no ha hecho el presidente", sentencia. Es un maestro en el arte del parlamentarismo europeo, lo que le sitúa siempre como una estrella ascendente al lado de los distintos líderes que han pasado por el PP.
¿La llegada de Pablo Casado es un viraje a la derecha o el partido se está situando en lo liberal para hacer una regresión al PP verdadero?
Como todo partido después de abandonar el Gobierno, el PP se está rearmado ideológica y programáticamente para ganar las próximas elecciones. Casado es un líder con una clara vocación de gobierno y va a llevar al partido por donde lo llevaron José María Aznar y Mariano Rajoy: de la oposición al Gobierno.
¿Pero hay una derechización del PP?
El PP es un partido muy grande, donde cabe todo lo que está a la derecha del PSOE y, poco a poco, vamos a ir recuperando a muchos votantes, que se nos fueron marchando bien a Ciudadanos o bien a Vox. Tenemos tanta necesidad de recuperar votantes por el centro como por la derecha. Somos el gran partido español, y queremos seguir siéndolo, y de la convención del pasado fin de semana, que fue la continuación natural del congreso de julio, hemos salido cargados de optimismo y con ideas renovadas. Todo el partido está unido, y el liderazgo de Pablo Casado es indiscutible e ilusionante para todos.
Casado ha prometido una gran reforma fiscal, reduciendo el IRPF y eliminando Sociedades, Patrimonio y Sucesiones, ¿esas propuestas son necesarias para España?
En el mundo actual -en el que la economía está completamente abierta- que un país sea competitivo es clave para que pueda crear empleo y mantener el sistema de bienestar. Lo malo de las políticas socialistas no es solo que destruyen la economía, sino que restan competitividad a España. Lo que Casado propuso es un proyecto ambicioso para que España pueda competir con las primeras economías del mundo por sus condiciones fiscales y facilidades para poder emprender y tener acceso a mercados mejores. Bajar los impuestos, hoy, crea empleo en todo el mundo.
¿Cómo ve lo ocurrido en Andalucía?
En Andalucía se ha producido un cambio deseado por la inmensa mayoría de votantes. La democracia conlleva cambios de Gobierno, y la democracia andaluza estaba exigiendo después de casi 40 años de socialismo que ese cambio se produjera cuanto antes. El Ejecutivo de Juanma Moreno es un soplo de aire fresco en una comunidad que llevaba demasiados años con las ventanas cerradas y sin ventilar.
¿La llegada de Vox se debe a que han cogido banderas olvidadas del PP o son una extrema derecha al estilo de otras europeas?
Vox todavía tendrá que definirse. Creo que es más un fenómeno electoral pasajero que un partido político. Más que la pregunta de si Vox es extrema derecha, me preocupa por qué casi 500.000 andaluces le han votado, y creo que detrás hay un fenómeno social y un enfado. Si el resto de partidos somos capaces de analizarlo bien y de responder, no perdurará, pero, si no lo hacemos, dejará de ser un fenómeno pasajero.
¿Ve similitudes entre Vox y lo que defiende la ultraderecha europea? Porque aquí se les llama fascistas, nazis, y se les identifica con Le Pen...
Con la calificación de fascista y de nazi hay que tener mucho cuidado, porque si gastamos mucho las palabras, puede que no nos sirvan cuando los fascistas y los nazis de verdad vengan, si es que vienen. Para calificar a Vox en el conjunto de la derecha europea me falta su discurso europeo, porque no sé si es europeísta o antieuropeísta. En el Parlamento Europeo, a la derecha del PP hay tres grupos parlamentarios: los conservadores, al que pertenecen los independentistas flamencos que apoyan a Puigdemont, el grupo de Le Pen, el de Farage, y la UKIP. No es lo mismo estar con los conservadores británicos que con Amanecer Dorado o con UKIP.
Vamos, que no han pactado con el diablo, como dice la izquierda...
No hemos pactado con el diablo; hemos llegado a un acuerdo para que Andalucía pueda tener el Gobierno que los votantes querían, alternativo al del PSOE. Tenemos un acuerdo de Gobierno con Cs y con Vox, objetivos compartidos, y todo eso entra en el marco de la Constitución.
Según Sánchez, en la Eurocámara, el orden del día de "las derechas" en España lo está marcando la ultraderecha, ¿ese mensaje puede calar?
Sánchez hizo el ridículo en el Parlamento Europeo cuando vino a hablar del peligro de la ultraderecha, mientras su Gobierno se sostiene con el voto de la ultraizquierda, los independentistas catalanes y los antiguos terroristas. Los miembros del Parlamento se quedaron sorprendidos de que acusara al PP de pactar con la ultraderecha mientras decía que sus Presupuestos los iba a aprobar con la ultraizquierda, los independentistas y los antiguos terroristas. Pero lo peor de Sánchez en el Parlamento europeo no fue lo que dijo, sino lo que no dijo. Fue vergonzoso que en una intervención de casi una hora fuera incapaz de hablar de la unidad de España y defender el Estado de Derecho en nuestro país, a los jueces o a los tribunales españoles.
¿Me dice que para el presidente hablar en Europa de la unidad de España resulta vergonzante?
Sí. Los eurodiputados españoles llevamos dos años partiéndonos la cara por defender ante las instituciones europeas la unidad de España. Fruto de nuestro trabajo en estos dos años, Puigdemont no ha puesto un pie en el Parlamento Europeo, y hemos ganado todas las votaciones que los independentistas han forzado en la Eurocámara. En el Parlamento Europeo, un grupo de parlamentarios españoles, tanto populares como socialistas, de Cs o de UPyD, no hemos tenido complejo en defender la unidad en nuestro país frente a cualquiera que la ha cuestionado, y esperábamos que cuando viniera aquí el presidente del Gobierno fuera a hacer lo mismo. Pensábamos que aprovecharía la oportunidad para explicar a Europa que España es una nación indivisible, pero no lo hizo.
¿Esa "decepción" se percibió entre eurodiputados socialistas?
Aquí todos hemos defendido la unidad de España, y hay muchos eurodiputados socialistas que sintieron vergüenza de ver a Sánchez eludir la defensa de esa unidad para hablar de la globalización y de China.
¿Y lo de Cataluña tiene arreglo?
Lo de Cataluña tiene arreglo, como lo tienen todas las cosas que sólo piden un enfoque racional. Si se pone racionalidad en el llamado desafío independentista, se podrá resolver. En la UE en este momento el tema de Cataluña no es un asunto que esté sobre la mesa, ni siquiera que lo hayamos pasado de la mesa a una estantería. Cataluña no existe en la política europea. Aquí se considera que es un asunto interno de España, y la UE no lo considera. Puigdemont hoy es un personaje anónimo en Bruselas. De hecho, viviendo en las afueras en Waterloo, ha desaparecido de los telediarios y de las informaciones de los periódicos belgas.
Pero la extradición no se produce y la justicia belga pone palos en las ruedas. ¿Puigdemont puede seguir huido de por vida, y manejando la política catalana desde Waterloo?
En el PP hemos pedido que se reforme la euroorden para que el delito de rebelión y los delitos como el golpe de Estado se incluyan entre aquellos que implican una extradición automática. No tiene sentido que se pueda aplicar la euroorden en el robo de vehículos, por ejemplo, y no se aplique cuando alguien intenta dar un golpe de Estado. Cuando Pablo Casado sea presidente, España impulsará una reforma en la euroorden para que Puigdemont sea puesto a disposición de la justicia española.
¿Y mientras tanto el presidente Sánchez puede cumplir con la ley a la vez que pacta con los independentistas, o con eso solo gana tiempo?
Si por presidente del Gobierno nos referimos a Pedro Sánchez, está en una posición imposible, porque por un lado necesita a los independentistas para sacar sus Presupuestos, y por otro debería garantizar que la ley se aplique en Cataluña y en toda España. Tiene que elegir entre el interés general y el suyo particular. Un político de altura elegiría el interés general, pero él siempre elige su propio beneficio. Es urgente sacarlo cuanto antes de La Moncloa.
Pues no parece dispuesto a salir...
La Moncloa se ha convertido en el caballo de Troya del independentismo en España, y para romper eso la mejor oportunidad son las elecciones europeas. Es muy importante que en Europa estén los políticos que hasta ahora han defendido la unidad de España. Pido a los votantes que elijan en las europeas a los partidos que defendemos en Bruselas la unidad de España, no a los que se avergüenzan de defender a nuestro país.
Puigdemont supedita su apoyo al Presupuesto a que el Gobierno haga una comisión sobre el referéndum...
A Puigdemont, en términos políticos, cada día se lo traga más la irrelevancia, y como todo político que cae hacia la irrelevancia, cada día se ve forzado a gritar más para ser escuchado. Lo esperable es que conforme vayan pasando los meses las propuestas ridículas de Puigdemont vayan yendo en aumento, porque tiene que decir tonterías para ser escuchado. Por eso Sánchez tiene que decidir si se desprende de los independentistas o se amarra como sea a seguir en La Moncloa.
¿El 155 fue efectivo? ¿Ahora se dan o no condiciones para aplicarlo?
El 155 fue efectivo para el momento en el que se aplicó. Y hoy, desgraciadamente, los políticos catalanes se han puesto en posición de requerir otro 155. Pienso que sí se dan las condiciones para volverlo a aplicar.
¿De verdad cree que el hecho de Sánchez esté en manos de los independentistas hace que España sea el país más infectable de populismos?
Sí. Los independentistas son los primeros nacionalpopulistas de Europa. Todas las pesadillas de Europa -nacionalismo, fronteras, exclusión- las representan perfectamente los independentistas. No hay sarpullido más virulento de nacionalpopulismo en Europa que el protagonizado por los independentistas catalanes. Son peores que el Gobierno polaco con todo que está trayendo de destrucción de Estado de Derecho y de infección a la democracia.
¿Qué le parece lo que ocurre en Venezuela y la posición de Europa?
El régimen de Maduro ha colapsado y la UE debe reconocer de manera inmediata a Juan Guaidó como presidente interino, como han hecho EEUU, Canadá, Chile, Brasil o la OEA. Lamentablemente, una vez más el Gobierno de Sánchez reacciona tarde y mal. Sólo que esta vez se trata de defender la dignidad de un pueblo hermano. Tradicionalmente, cuando ocurre algo en Latinoamérica, a los primeros que miran los europeos es a España. Sánchez y Borrell han renunciado a ese liderazgo.
¿Y desde el PP que van a hacer?
Hemos pedido que el Parlamento Europeo se pronuncie en el pleno de la próxima semana reconociendo oficialmente a Guaidó. Venezuela se está abriendo camino a la democracia. Los venezolanos están saliendo en masa a las calles reclamando libertad y dignidad. No podemos dejarles solos una vez más. Esta vez no les podemos fallar.
Supongo que, como eurodiputados, lo que más les preocupa es una salida sin acuerdo del 'Brexit', ¿no?
El Brexit empezó siendo la expresión de una crisis europea y ha acabado siendo la expresión de una crisis británica. Un Brexit sin acuerdo, que es muy posible, a la UE le hará daño, pero a Gran Bretaña la puede romper. Un mal acuerdo o un Brexit sin acuerdo que acabe dividiendo otra vez Irlanda del Norte puede acabar provocando que Escocia pida un segundo referéndum. Los políticos británicos no saben hasta qué punto están haciendo daño a su país.
¿Un segundo referéndum sería la solución?
Me gustaría pensar que un segundo referéndum sería la solución, pero ese es un pensamiento casi imposible. En la voluntad de ningún político británico está celebrar un segundo referéndum, y me temo que, si lo hubiera, el resultado a favor del Brexit sería todavía más contundente.
¿Qué le parece la crisis de Podemos cuyo último capítulo más virulento ha sido la marcha de Íñigo Errejón? ¿Están muriendo de éxito?
Podemos está muriendo de comunismo. Creyeron que eran otra izquierda, y al final resultaron ser la misma. Quisieron ser populistas, pero al final sólo eran comunistas con otro nombre. Podemos está volviendo al espacio que naturalmente tuvo en España el Partido Comunista e IU. Son relevantes porque tienen su sitio, pero no son importantes porque nunca serán capaces de formar una mayoría alternativa. Al final se quedarán con el mismo espacio que tuvo Santiago Carrillo o, como mucho, como la IU de Julio Anguita.
Tal vez, pero esta misma semana han tumbado un decreto sobre alquileres, como aviso serio a Sánchez...
Sánchez va a tener que vérselas con un Iglesias que, como los ahogados antes de hundirse, está dando manotazos y se coge al primero que pasa, y no me extrañaría que el hundimiento de Podemos acabara arrastrando al Gobierno de Pedro Sánchez.
¿Qué le parece el conflicto de los taxistas?
No comparto los métodos que están siguiendo los taxistas, pero les apoyo. Uber y Cabify, para competir, deberían estar sometidos a las normas a las que está sometido el taxi.
Una última curiosidad, ¿acabo de entrevistar al cabeza de cartel electoral para las elecciones europeas?
En el PP no tenemos mucha prisa por hacer la lista europea, y en el resto de los partidos tampoco. Estoy a completa disposición del partido, políticamente estoy en el proyecto de Casado, y estaré donde mi partido y mi presidente decidan.