
El Gobierno de Pedro Sánchez nombrará este viernes en Consejo de Ministros a la ex vicepresidenta del Gobierno Soraya Sáenz de Santamaría miembro del Consejo de Estado.
Tal y como ha anunciado Moncloa, a través de un Real Decreto Ley y conforme establece el artículo 9 de la Ley Orgánica 3/1980, se procederá al nombramiento de varios consejeros electivos, entre ellos Santamaría, que tendrán asiento en el órgano durante cuatro años.
Entre los consejeros elegidos también destacan la expresidenta del Tribunal Constitucional (TC) entre 2004 y 2001, María Emilia Casas, el exsenador de ICV y exalcalde de Hospitalet de Llobregat Jordi Guillot y la exmagistrada del TC y primera ponente del borrador de sentencia del recurso presentado por el PP al Estatut de Cataluña Elisa Pérez Vera.
Igualmente, el Ejecutivo firmará la continuidad como consejeros electivos en el órgano del exministro de Justicia José María Michavila, que ocupó la cartera en el segundo Gobierno de José María Aznar, del expresidente del Senado Juan José Laborda, del exministro de UCD Juan Antonio Ortega y Díaz Ambrona y de la exconsejera del Gobierno asturiano Amelia Valcárcel. Por contra, dejarán el Consejo las exministras del PP Ana Palacio e Isabel Tocino, además de Manuel José Silva y María Luisa Cava de Llano.
El órgano está presidido por otra ex vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, que ocupó el cargo con José Luis Rodríguez Zapatero, y que llegó a la presidencia del Consejo de Estado el pasado 5 de julio, nombrada también por el Ejecutivo de Sánchez.
Se despeja la incógnita sobre su futuro tras dejar la política el pasado septiembre, derrotada por Casado y sin sitio en el PP
Con el nombramiento se despeja la incógnita sobre su futuro después de que el pasado 10 de septiembre Santamaría comunicara al líder del PP, Pablo Casado, que dejaba la política. La ex vicepresidenta del Gobierno con Mariano Rajoy decidía poner punto y final a su trayectoria después de perder las primarias del partido contra el propio Casado en julio y no encontrar acomodo en la formación con la llegada de la nueva dirección.
Durante días de especuló con su posible fichaje por alguna importante empresa -se habló incluso de la gran banca-, sacándose a colación las más que posibles incompatibilidades que se le presentarían a Santamaría durante los dos años siguientes.
Santamaría elige un camino distinto al de Rajoy, quien podía haberse decantado por ser miembro nato del Consejo de Estado, pero finalmente decidió regresar a su profesión original: registrador de la propiedad. De haber hecho lo mismo, Santamaría habría reingresado al cuerpo de Abogados del Estado.