La renovación del PP enarbolada por el nuevo presidente del partido, Pablo Casado, ya ha comenzado, y prueba de ello es el segundo plano al que han sido relegadas las dos mujeres más relevantes del PP en los últimos años: Soraya Sáenz de Santamaría y María Dolores de Cospedal. La primera, la exvicepresidenta del Gobierno de Mariano Rajoy y exportavoz del Ejecutivo durante la primera legislatura popular, mantendrá su escaño en el Congreso como diputada rasa, aunque, según explicó el jueves el presidente, tiene a su disposición uno de los puestos de vocal de libre designación de la Ejecutiva; y la segunda, ex secretaria general del PP, dará dos pasos atrás en la estructura orgánica para quedarse como vocal del Comité Ejecutivo del partido.
De esta forma, dos de las personas con más peso en el PP quedarán desprendidas de sus cargos de responsabilidad después de 10 años. Ambas saltaron a la primera línea de la política nacional con la victoria de Mariano Rajoy como presidente del PP en el Congreso de Valencia en 2008, y aunque ambas niegan que vayan a abandonar la política, el retiro del expresidente del Gobierno tras la moción de censura y la victoria de Pablo Casado, precisamente contra las candidaturas de Cospedal y Sáenz de Santamaría, supone un golpe a la influencia de las dos en el partido.
Tanto Dolores Cospedal como Saénz de Santamaría han permanecido en el círculo más estrecho del expresidente Rajoy, y prueba de su valía política son los cargos que ostentaron y los sinsabores a los que se enfrentaron en su ejercicio.
Dolores de Cospedal, además de haber presidido la Comunidad de Castilla-La Macha durante cuatro años, ha sido quien dio la cara contra la presunta corrupción dentro del PP. En los años más crudos de la crisis, y a golpe de imputaciones y florecimiento de tramas delictivas en las estructuras del partido, Cospedal puso el freno a estas prácticas y abanderó la intransigencia con los casos de corrupción.
Sáenz de Santamaría además de sus cargos de responsabilidad tuvo en los últimos meses de gobierno que lidiar con el desafío independentista y la gestión del 1-O ejerciendo como ministra de Administraciones Territoriales.
