Los Reyes han presidido este viernes el desfile y la posterior recepción en el Palacio Real con motivo de la Fiesta Nacional, en los que Pedro Sánchez se ha estrenado como presidente del Gobierno recibiendo abucheos y pitidos del público presente en el Paseo de la Castellana. Los asistentes a la parada militar le han llamado "okupa" y le han reclamado que convoque elecciones ya cuando hacía su llegada al palco de autoridades. Horas después, en la recepción en el Palacio Real, Sánchez y su esposa han protagonizado un fallo de protocolo con los Reyes.
Esta mañana, Sánchez ha llegado en coche oficial poco antes de las 11:00 de la mañana al lugar central de los actos, donde ya le esperaban la ministra de Defensa, Margarita Robles; el presidente de la Comunidad de Madrid, Ángel Garrido; y la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena. Pese a que su llegada no ha sido anunciada por megafonía -al contrario que en anteriores desfiles-, el público concentrado alrededor de la tribuna de autoridades le ha dedicado pitos y abucheos, aunque han cesado rápido, recoge Europa Press.
Sánchez ha querido después restar importancia a los abucheos que ha recibido en la Fiesta Nacional: "No voy a ser menos que González y Zapatero", ha comentado, en alusión a los expresidentes socialistas Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero.
Esta actitud ha contrastado con el recibimiento dedicado a los Reyes y sus hijas -cuya llegada sí ha sido anunciada-, a quienes el público adornado con multitud de banderas españolas ha aplaudido y vitoreado. Don Felipe ha ido vestido con el uniforme de Capitán General del Ejército de Tierra.
La cita de este año llega en medio de un clima de mayor tensión que el año pasado. Si en 2017 la situación era compleja, pero los dos grandes partidos estaban de acuerdo en la aplicación del artículo 155 de la Constitución en Cataluña, 12 meses después el clima de crispación entre los constitucionalistas es mayor y el foco de tensión desde las instituciones catalanas se mantiene.
Aunque los actos principales del 12 de Octubre concitan a numerosos representantes políticos y de las instituciones del Estado y a presidentes autonómicos, destaca la ausencia del presidente de Cataluña, Quim Torra; así como los del País Vasco, Iñigo Urkullu, y de Navarra, Uxue Barkos. La cita de este año llega menos de 24 horas después de que el Parlament catalán votase, gracias a los 'comunes' la reprobación del monarca.
A la recepción del Palacio Real, que ha comenzado después de las 13:00 horas, han sido invitadas unas 1.500 personas, según fuentes de la Casa Real citadas por EFE, una cifra similar a la del pasado año, que fue una de las de mayor afluencia entre las convocadas por Felipe VI al estar marcada por la situación excepcional de Cataluña debido al desafío independentista.
Más allá de la crisis política catalana, los protagonistas del encuentro con los Reyes van a ser Sánchez y Casado, ambos 'debutantes' en sus respectivos cargos. También se prevé que acuda el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, y volverá a ausentarse el del de Podemos, Pablo Iglesias, tras su pacto presupuestario con Sánchez, rubricado este jueves.
Entre los invitados, están los expresidentes del Gobierno, los ponentes de la Constitución, alcaldes de grandes ciudades y presidentes de Parlamentos autonómicos, aunque no acuden tampoco los de Cataluña y Euskadi.
Al término de la recepción, los Reyes se han desplazado a la zona de Mallorca afectada por las inundaciones para mostrar su pesar por las doce personas que han fallecido -un niño de cinco años continúa desaparecido- y solidarizarse con los vecinos. Allí, acompañados por el ministro de Ciencia, Pedro Duque, y la presidenta del Govern, Francina Armengol, entre otras autoridades, han visitado varias casas afectadas y conversado con los vecinos que les esperaban en las calles.
Desfile aéreo suspendido
El pasado año, la Fiesta Nacional terminó en desgracia debido al accidente mortal del piloto de uno de los aviones de combate que participaron en el desfile aéreo cuando regresaba a la base de Los Llanos (Albacete).
El suceso llevó al entonces presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y a la exministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, a abandonar la recepción tras los saludos de los Reyes a los invitados.
Don Felipe y doña Letizia, junto a sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía, han presidido desde las 11:00 horas el desfile, que repite recorrido por el paseo de la Castellana, entre las plazas de Cuzco y de San Juan de la Cruz.
Son cerca de 4.000 soldados de los tres Ejércitos y la Guardia Civil y 152 vehículos los que dan cuerpo a la parada militar, en la que este año participan por primera vez Salvamento Marítimo y Protección Civil. Estaba prevista la aparición de 88 aeronaves, pero las condiciones climáticas han provocado que se tenga que suspender la mayor parte del desfile aéreo (sólo han intervenido siete de ellas).
El Ministerio de Defensa ha detallado que el coste del desfile ascenderá a 423.729 euros, una cantidad similar a la del año pasado, a la que hay que sumar los 200.539 euros correspondientes a la construcción y colocación de gradas y tribunas.
175 aniversario de la enseña nacional
Tras el salto paracaidista y el izado de la bandera nacional, ha tenido lugar un homenaje a los caídos por España, en especial al capitán Borja Aybar que sufrió el accidente mortal en la base de Los Llanos.
También se ha recordado al teniente Fernando Pérez Serrano, que murió el 17 de octubre de 2017 en el accidente de un F-18 en Torrejón de Ardoz (Madrid), y al comandante Fernando Yarto, que ha fallecido esta semana a consecuencia de las heridas tras un disparo accidental cuando participaba en unas maniobras en el campo de tiro de Batiellas, en Jaca (Huesca).
Una vez ha concluido el recorrido de los vehículos, ha comenzado el desfile a pie de las diferentes unidades, al que este año, con motivo del 175 aniversario de la enseña nacional, se han incorporado seis banderas nacionales de época, representativas de diferentes momentos históricos de la monarquía española.
Defensa ha querido hacer "especialmente visible" en la ceremonia castrense la presencia de la mujer en el Ejército, como un homenaje por el 30 aniversario de su incorporación a las Fuerzas Armadas.