Política

Albert Rivera busca cómo mover ficha para no arrinconar a Ciudadanos

  • Busca nuevas tácticas, prioridades y dar un nuevo enfoque a sus estrategias
  • El nuevo Gobierno de Pedro Sánchez le pone en una situación comprometida
Albert Rivera. Foto: Archivo

La etapa que abre el Gobierno de Pedro Sánchez sitúa a Ciudadanos ante el reto de reubicar sus fichas en el nuevo juego de estrategia política para no quedar orillado entre una oposición implacable del PP y la incapacidad de influir en el Ejecutivo.

Ciduadanos busca nuevas "tácticas", "prioridades" y dar un nuevo enfoque a sus estrategias, como ha dicho estos días Juan Carlos Girauta, portavoz de Cs en el Congreso.

Y es que Ciudadanos ya no tiene un pacto de investidura ni representa la oposición en la banda de centro, que se escora a la derecha después de comerle Pedro Sánchez ese terreno.

Un Gobierno profesional pero débil

El nuevo Gobierno descolocó a algunos miembros del partido citados por Efe. Lo ven un equipo muy profesional y de prestigio que podría encajar sin problemas en el esquema de Cs. Otros recuerdan que la eficacia "se demuestra andando" y, por tanto, hay que esperar a ver cuál el programa del Gobierno socialista, que aún nadie conoce porque no lo desveló en el debate de la moción de censura.

Lo que si es un hecho, señalan, es que se trata de un Ejecutivo "extremadamente débil", con solo 84 diputados e hipotecado por nacionalistas, independentistas y populistas, y habrá que ver si son capaces de sacar iniciativas adelante y cómo las sacan.

Estas mismas fuentes afirman que no va a cambiar "nada" en la estrategia política y seguirán manteniendo una oposición centrada en la exigencia de reformas necesarias para el crecimiento del país, la defensa de las instituciones y de un Estado "más solidario y más igual para todos", sin privilegios territoriales y con una apuesta fuerte por el "patriotismo civil".

Tienen claro que no van a entrar en esa oposición "salvaje" que advierten ya en los populares porque para ellos no es hacer oposición que el portavoz del PP, Rafael Hernando, arremeta contra todos los grupos parlamentarios por votar en contra de que haya sesión de control al Gobierno el próximo miércoles.

Ni siquiera guardan la "cortesía parlamentaria" debida, lamentan, al exigir que el gabinete de Sánchez se someta a las preguntas de las fuerzas políticas cuando ni si quiera llevan una semana.

Recuerdan, además, que el último Ejecutivo de Mariano Rajoy tardó veinticinco días en someterse al control parlamentario y estuvo prácticamente un año entero en funciones sin someterse a él.

Hay quien opina, según otro dirigente del partido, que el efectismo de Sánchez tiene los días contados y que más allá de que puede ser "muy espectacular" traerte un astronauta, hay que ver hacia dónde va el proyecto socialista.

Reubicar el centro

Mal han empezado ya, subraya, cuando la primera medida que han tomado, sin tan siquiera esperar a organizarse del todo, es levantar el control financiero de las cuentas de la Generalitat, lo que es una "grave irresponsabilidad".

Aparte, muestra dudas de cómo puede funcionar el equipo en su conjunto porque aventura que puede haber choques, por ejemplo, entre las ministras económicas cuando haya que afrontar los compromisos presupuestarios con Bruselas.

Para otros miembros de la dirección, el cambio de gobierno es una "oportunidad" que se le abre a Ciudadanos, convencidos de que el PSOE se verá forzado por Podemos a dejar su parte del espacio de centro para escorarse a la izquierda. Y ese hueco electoral, lo pueden ocupar ellos.

Suman a eso que el PP ejercerá una "mala" oposición, "histriónica" y sin credibilidad en cuestiones clave como la corrupción, minimizando así las posibilidades de su adversario.

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