
Lejos de haberse terminado la pesadilla con su dimisión la pasada semana, el 'caso Cifuentes' amenaza con seguir provocando más quebraderos de cabeza a la dirección del PP a medida que pasan los días. Si el primer obstáculo que sorteó Génova una vez la ya expresidenta de la Comunidad de Madrid renunció fue el deseo de ésta de aferrarse a la presidencia del partido en Madrid, ahora que ha dejado también este cargo el problema radica en su intención de continuar como diputada.
El mismo miércoles de su dimisión, Cifuentes envió un escrito a la Asamblea de Madrid para solicitar su reincorporación al hemiciclo como diputada "en régimen de dedicación exclusiva". Una petición con la que lanzaba un claro mensaje a la dirección de su partido: no se apartaba por completo de la política.
En los días transcurridos desde entonces se ha deslizado la opción de que Cifuentes llegase también a renunciar del cargo de diputada para no crear más inconvenientes a su formación. Sin embargo, en lo que a ella respecta, no se han producido nuevas revelaciones en este sentido y todo se mantiene conforme al escrito remitido al parlamento regional.
Desde el PP, el coordinador general del partido, Fernando Martínez-Maillo ha asegurado en varias ocasiones que el partido no puede obligar a Cifuentes a dejar el escaño, ya que ella lo consiguió en las elecciones y tampoco está "ni imputada ni provesada".
Sin embargo, fuentes de la dirección nacional han admitido que la imagen diaria de Cifuentes en la Asamblea de Madrid puede hacer "mucho daño" al partido, cuando queda poco más de un año para las elecciones autonómicas y hay que recomponer la organización tras su dimisión.
El portavoz del PP en el Congreso, Rafael Hernando, ha ido más allá con un torno más duro al apuntar que Cifuentes, incluso, "debería ir dejando su presencia en la política". Hernando ha dicho que lo que le ha sucedido a Cifuentes es "humillante y degradante" y ha insistido en que sería "bueno" que en estos momentos "se retire un poco del foco mediático". Algo que reclaman no pocos cuadros del partido.
Tras la dimisión de Cifuentes de la Presidencia de la Comunidad, desde el partido se ha insistido estos días en que se abre ahora un periodo de reflexión para tomar las decisiones que hacen falta en Madrid. La más inmediata es la de elegir candidato a la investidura, y Génova tiene que elegir entre los diputados del grupo parlamentario en la Asamblea.
Después vendrán las decisiones pensando a medio y largo plazo, empezando por el liderazgo del partido y la candidatura para las elecciones autonómicas del año que viene. En Génova admiten que entre las opciones que tiene el partido para resolver esta situación se inclinan más por la gestora, que daría a la dirección nacional el control absoluto sobre la organización territorial.
De esta forma, se podría hacer borrón y cuenta nueva bajo la batuta de la cúpula popular y preparar el partido para un nuevo liderazgo y un candidato que asumirá en un año un reto muy complicado, a la vista de las encuestas: conservar el gobierno autonómico. No está decidido aún quien presidirá esa gestora, y son varios los nombres que se manejan, según señalan fuentes populares.
Entre esos nombres está el de Juan Carlos Vera, diputado en el Congreso y coordinador de Organización del partido, que fue el 'número dos' de la gestora que presidió Cristina Cifuentes cuando Esperanza Aguirre dimitió como líder regional del partido.
Según los estatutos del partido, la formación de la gestora debe ser aprobada por el Comité Ejecutivo Nacional y fuentes populares aseguran que aún no hay fecha prevista para una reunión de este órgano.