
El presidente del Gobierno ha querido congraciarse este martes con el mundo de la empresa, entorno del que ha recibido numerosas críticas estos días, especialmente por la tardanza de sus medidas. Así opinan los expertos.
Con un tono muy conciliador, Pedro Sánchez dio a conocer un conjunto de iniciativas, parte del tercer bloque del paquete aprobado por Real Decreto, dirigido esencialmente al apoyo a las empresas y al flujo del crédito. Medidas, por cierto, y a tenor de sus palabras, que tendrán su continuidad según vayan marcando las exigencias del momento.
En el frente social y económico que expuso tras el Consejo de Ministros, Sánchez manifestó que su intención es frenar una curva descendente en el empleo y la producción. Aseguró que, este Real Decreto, "el mayor de la historia de la democracia", se erige como escudo social y económico.
Alabando una actuación unida de agentes sociales, líderes de fuerzas políticas y presidentes de Comunidades Autónomas, agradeció las propuestas que desde estos ámbitos le han hecho llegar para enriquecer el plan de choque económico con el objeto de "relanzar nuestra economía".
Sánchez se esforzó en profundizar las medidas destinadas a la resurrección de las empresas que con esta crisis provocada por la pandemia del coronavirus se han quedado prácticamente paralizadas. En su afán, asegura el presidente que estamos ante una temporalidad. Eso sí, exige a los empresarios que no aprovechen la circunstancia para echar a los trabajadores.
Para el presidente de la Asociación de Trabajadores Autónomos, las medidas anunciadas son insuficientes.
La declaración de principios de Sánchez -que llega tras reuniones y encuentros con los agentes sociales, entre los que se encuentran la patronal CEOE y Cepyme- viene marcada básicamente por dos propuestas que han sido bien recibidas y que fueron objeto de debate en el anterior Consejo de Ministros en el que hubo algo más que una bronca entre los miembros que se posicionaban por el intervencionismo del Estado, con Iglesias a la cabeza, y los que eran partidarios de mayores ayudas a las empresas para evitar el colapso económico, y por ende, de la creación de empleo, abanderado por Nadia Calviño.
La exoneración de la aportación de las cuotas de la Seguridad Social en caso de los Ertes, y la garantía de liquidez en el corto plazo para impedir eventuales problemas de solvencia han sido cruciales para que la patronal haya dado su visto bueno, no sin antes advertir, que necesita conocer la letra pequeña del documento, y sin dejar de solicitar que se sigan implementando nuevas medidas en los próximos días en función de las nuevas necesidades con el objetivo de poner los cauces necesarios para retornar a la normalidad cuanto antes.
Menos optimismo
A quien no le ha cuadrado el plan de choque del Gobierno de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias es al presidente de la Asociación de Trabajadores Autónomos, ATA, Lorenzo Amor, para el que las medidas anunciadas a favor de los autónomos son insuficientes.
Tan insuficientes, que Amor valora que el presidente Sánchez ha dejado a los autónomos en la cuneta porque solo se ha limitado a actuaciones de cara a la galería. Puntualiza que ha garantizado la prestación por cese de actividad, lo que está bueno, cuando los autónomos ya cotizan por cese de actividad. Que, les han exonerado de la cuota, igual que un asalariado, lo que está recogido por ley.
Sin embargo, profundiza el representante de ATA, Sánchez no ha anunciado hasta la fecha suspender las cotizaciones si el autónomo tiene ingresos cero, que es donde parece estar la madre del cordero.
Tampoco es que se hayan quedado muy contentos ayuntamientos y Comunidades Autónomas con el anuncio de los 600 millones de euros que el Gobierno tiene previsto destinar para servicios sociales, cuidado de mayores y dependientes. Las sospechas de las administraciones locales y regionales, según ha podido saber elEconomista, es que esta partida sea fruto de la relajación de la regla de gasto, en concepto de superávit, por lo que finalmente, son estas administraciones quienes van a sufragar en buena medida el gasto.