
El vicepresidente segundo del Gobierno de coalición, Pablo Iglesias, no ha posido acudir esta tarde en Moncloa a la reunión que activará la mesa de diálogo con Cataluña y a la que estaban llamados un total de 16 interlocutores.
La cita, que ha comenzado a las 16:30 horas en Moncloa, ha contado finalmente con una presencia menos por parte del Gobierno central debido a un cuadro de amigdalitis aguda que ha impedido a Iglesias estar en la fotografía que sella el inicio del diálogo.
Tras el pleno del martes, recoge Efe en fuentes de Podemos, el vicepresidente de Derechos Sociales y Agenda 2030 acudió a los servicios médicos del Congreso con fiebre y malestar, por lo que le recomendaron reposo y tampoco acudirá a la sesión de control de esta mañana.
La presencia de Iglesias en la mesa de negociación -calificado como el mediador desde algunos frentes- fue una de las claves para conformar el resto de la lista de componentes. El anuncio llevó al vicepresident Pere Aragonès ha confirmar también su asistencia.
Sin Iglesias del lado del Gobierno, la mesa de negociación cuenta con 15 miembros. Por un lado, el presidente Pedro Sánchez acudirá con la vicepresidenta Carmen Calvo, y los ministros María Jesús Montero, José Luis Ábalos, Salvador Illa, Carolina Darias, y Manuel Castells. Por otro, el president Quim Torra estará apoyado en Madrid, además de Aragonès, por Josep Maria Jové (pendiente de juicio por el procés), Joan Puigneró, Alfred Bosch, el exasesor de Carles Puigdemont Josep Rius y las diputadas Elsa Artadi y Marta Vilalta.
Fue precisamente Iglesias quien pidió respetar la composición de la mesa por parte de la Generalitat, aunque incluyera a miembros de fuera del Govern, para favorecer el diálogo.
El Gobierno busca frenar el independentismo mientras Torra sigue en sus trece
A pesar de los saludos iniciales y las buenas caras por parte de todos, lo cierto es que ambas partes llegan a la cita desde posturas opuestas. En la sesión de control de este miércoles, Sánchez ha reconocido en una respuesta a Laura Borràs que hoy se inicia "un camino difícil, complejo y largo" pero ha llamado a las partes a luchar por el reencuentro y "reconocer" también a la parte de los catalanes que no son pro independentistas.
En este sentido, el martes Calvo evitaba hablar del orden del día y apostaba por aparcar esas posiciones no compartidas -autodeterminación y amnistía de los presos entre otras cuestiones- para permitir que pueda haber avances en otras cuestiones, como en las 44 propuestas que el presidente Pedro Sánchez le planteó al president Quim Torra en su entrevista del 6 de febrero pasado en Barcelona.
Según dijo durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, la intención del Gobierno con esta mesa de negociación es frenar el independentismo: "Se dijo durante mucho tiempo que en Cataluña el independentismo crecía porque había la callada por respuesta, la desidia, cuando no incendiar un poco más las posiciones extremas de las que se han beneficiado algunos en la política española. Este Gobierno representa justo lo contrario de eso, la capacidad de encontrar respuestas".
Las buenas intenciones de diálogo por parte del Gobierno se demuestran también en detalles como la cesión a Torra de la sala de prensa de Moncloa, solo utilizada por el propio Gobierno, por el líder de la oposición o por mandatarios internacionales, para ofrecer una rueda de prensa tras la reunión. Tras concluir su comparecencia el president, será el turno de la ministra portavoz, María Jesús Montero, para valorar el encuentro.