La Sección Cuarta de la Sala Tercera del Tribunal Supremo ha decidido este martes avalar por unanimiadad la decisión del Gobierno de sacar los restos de Francisco Franco del Valle de los Caídos y su posterior inhumación en el cementerio de El Pardo-Mingorrubio, desestimando el recurso de la familia tanto sobre la exhumación como sobre la posibilidad de trasladarlos a la cripta de la Catedral de la Almudena.
Así, los restos de Franco serán llevados finalmente al cementerio de El Pardo-Mingorrubio. El tribunal que ha deliberado este martes ha estado presidido por Jorge Rodríguez Zapata y lo han integrado los magistrados Celsa Pico, José Luis Requero, Pilar Teso, Segundo Sanz y Pablo Lucas.
Aunque la decisión es firme, la familia trasladó su intención de presentar un recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional.
La primera promesa de Sánchez, más de un año después
El Gobierno tiene luz verde para iniciar la exhumación de los restos del dictador y concluir una de las primeras promesas de Pedro Sánchez en Moncloa, que en un principio esperaba cumplir en agosto del año pasado.
La resolución sobre la exhumación ocurre en plena precampaña hacia las elecciones generales del 10 de noviembre, aunque el Gobierno ha tenido varios intentos previos, frenados desde los tribunales como consecuencia de la protesta de la familia Franco.
Hoy vivimos una gran victoria de la democracia española. La determinación de reparar el sufrimiento de las víctimas del franquismo guio siempre la acción del Gobierno. El Supremo avala la exhumación de los restos de Franco y su traslado a El Pardo.
— Pedro Sánchez (@sanchezcastejon) September 24, 2019
Justicia, memoria y dignidad.
El Ejecutivo no contaba en su anuncio inicial con que la familia estuviera dispuesta a iniciar una batalla legal de las dimensiones que finalmente adquirió.
Su confianza se basaba en que en mayo de 2017 todos los grupos del Congreso, con la única excepción de PP y ERC, que se abstuvieron, aprobaron ampliar la Ley de Memoria Histórica, que incluía la salida de los restos del general de Cuelgamuros.
El escollo de la sepultura
Pero las cosas no serían tan sencillas. Los planes del nuevo Gobierno se toparon con la oposición de los nietos de Franco, que iniciaron una batalla por la vía judicial que se ha extendido hasta hoy. Y es que, la medida pasó por alto un detalle: la sepultura a perpetuidad que la familia tiene en la cripta de la catedral de La Almudena.
El Ejecutivo consideró que la familia accedería a trasladar los restos de Franco al panteón del cementerio de El Pardo Mingorrubio donde está enterrada la mujer del dictador y que pertenecía a Patrimonio Nacional, ahora a Patrimonio del Estado. Desconocía entonces que la familia Franco, por parte de su hija, Carmen Franco, poseía una sepultura a perpetuidad en la cripta de la catedral de La Almudena, donde a los nietos les gustaría trasladar los restos de sus dos abuelos, que reposarían así junto a su única hija, que reposa en la actualidad junto a su marido, el marqués de Villaverde.
Este descuido llevó a que el Gobierno sólo se reservase la competencia de decidir el lugar de reinhumación de los restos de Franco en caso de que la familia renunciase a hacerse cargo de ellos o no indicara en tiempo y forma al Ejecutivo dónde querría enterrarlo de nuevo. Pero nada se decía en el acuerdo del Consejo de Ministros sobre qué pasaría si el lugar escogido no era del agrado del Gobierno.
Por eso cuando la familia hizo público su deseo de enterrar a Franco en La Almudena, en caso de no conseguir parar la exhumación, la primera reacción del Gobierno fue la de admitir que no podía hacer nada al respecto. "En principio el Gobierno no puede ir más allá de lo que su familia decide", admitió la vicepresidenta Carmen Calvo en una entrevista en Onda Cero, en la que indicó que si la Iglesia no tenía reparos en que fuera enterrado allí, el Gobierno tampoco podía hacer nada.
Esta posición cambió unos días después, tras una visita de la propia Calvo al Vaticano para entrevistarse con su secretario de Estado, Pietro Parolin, con el que acordó, según la versión de Calvo, trabajar para encontrar una salida al nuevo lugar de enterramiento de Franco que "obviamente" no podía ser La Almudena.
Las palabras de Calvo levantaron polvareda y obligaron al Vaticano a desmentirla, negando que se hubiesen pronunciado al respecto del nuevo lugar de enterramiento del dictador.
Más allá de la polémica sobre si la Iglesia ve bien o no que Franco sea llevado a La Almudena, a principios de 2019 la Delegación de Gobierno emitió un informe para desaconsejar por motivos de seguridad y de orden público el enterramiento de los restos del dictador en un lugar tan céntrico, un documento que la familia y su entorno consideraron que el Ejecutivo se "sacó de la manga" al verse sorprendido con la elección de esa ubicación.
El supuesto derecho de la familia a elegir el lugar de enterramiento de los restos del dictador ha sido uno de los temas que más ha centrado la discusión de los jueces del Supremo. Pero incluso en este caso el Alto Tribunal ha dado la razón al Gobierno.