Por segunda vez, Pedro Sánchez fue a la votación de investidura sin cerrar ningún acuerdo con sus aliados (excepto el PRC), obteniendo el mismo resultado: el rechazo a la candidatura socialista para presidir el Gobierno. Todo ello después de las negociaciones entre el PSOE y los 'morados' hayan encallado a pesar de las dos ofertas presentadas a última hora por los de Iglesias, una de ellas durante el propio debate celebrado en el Congreso de los Diputados. Pero el esfuerzo ha sido en balde. Ahora quedan dos meses por delante para llegar a un acuerdo, y si no... a elecciones.
Concretamente Sánchez sólo ha recibido los votos de su propio grupo y el del diputado del Partido Regionalista de Cantabria, José María Mazón. En total han sido 124 síes frente a 155 noes y 67 abstenciones, el mismo resultado que durante la votación de investidura con la excepción del sentido del voto de ERC, que en esta ocasión se ha abstenido.
Esto ha ocurrido tras un debate bronco que se ha iniciado un Sánchez iracundo que ha cargado las tintas contra Unidas Podemos, que solo unas horas antes le había trasladado al candidato una oferta de Gobierno de coalición que los socialistas rechazaron de inmediato. "Entre fuerzas de izquierdas, la investidura debería haber estado garantizada desde el primer momento, pronto advertí que el programa era una cuestión muy secundaria para usted, señor Iglesias", ha dicho el presidente del Gobierno en funciones quien ha añadido: "No conozco ningún precedente de alguien que se sienta humillado ante la oferta de una vicepresidencia de Gobierno o un ministerio".
Ataques
En este sentido, en una intervención que estaba dedicada enteramente a Iglesias y los suyos y cargar sobre ellos el fracaso de la investidura, ha indicado que el líder de podemos "sigue sin entender que hace falta un Gobierno, que sea coherente y cohesionado. No dos Gobiernos en un gobierno, señor Iglesias".
Sobre la última oferta socialista, que Sánchez ha admitido y descrito de cabo a rabo, ha considerado: "Puede que no le guste, pero le hemos ofrecido una propuesta seria, respetuosa y sensata", y que ya es elevada la "juventud" de la formación morada, cuyos miembros "nunca han manejado un presupuestos".
La carta en la manga de Iglesias
Pero Iglesias tenía una carta en la manga, y se la ha sacado durante su intervención. Justo después de pedir "respeto" a Sánchez y de decir que el PSOE nunca lo ha tenido durante las negociaciones, ha rebajado las pretensiones de Unidas Podemos. Desde su escaño ha renunciado tener competencias en Trabajado para solo tenerlas en políticas activas de empleo, una jugada que le habría recomendado un dirigente "histórico socialista".
De esta manera, las pretensiones de Unidas Podemos se quedarían 'solo', en la vicepresidencia de Derechos Sociales y de Igualdad y los ministerios de Sanidad y Consumo y Ciencia y Universidades, además de las citadas políticas.
Cabe decir que, según la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), las políticas activas de empleo mueven entre 6.000 y 6.500 millones. Con todo, desde el PSOE avisan de que hay muy poco de esto que se gestione desde el Estado. Sin embargo, la realidad es que, aunque los fondos son de ejecución autonómica, los objetivos y los criterios los marca el Gobierno central, algo que admiten fuentes gubernamentales.
Tras la propuesta, que provocó un considerable impacto en la bancada socialista, se llegó a rumorear en el Congreso que habría un aplazamiento de la votación que nunca llegó. Tras los reproches del resto de los grupos y las peticiones de acuerdo para antes de septiembre, se cerró la votación que ha provocado que Sánchez haya protagonizado una investidura fallida y que, según los socialistas, ya no sea candidato a la Presidencia de Gobierno.
¿Y ahora qué?
Ahora se abre un plazo límite de dos meses, hasta finales de septiembre, para celebrar otra sesión de investidura, que en el PSOE no quieren desvelar si tendrá lugar. "Ya lo advertimos. Pedro Sánchez ya no es candidato. Lo era hasta hace unos minutos. Unidas Podemos ha votado junto a Partido Popular, Ciudadanos, Vox y el independentismo más intransigente, frustrando la oportunidad del país de tener un gobierno progresista para que España avance", ha indicado el socialista Rafael Simancas, consultado por esta situación tras finalizar el debate.
En cambio, los partidos presentes en Congreso esperan que no sea así. A excepción de los votantes del 'no', tanto ERC como PNV, Compromís y Bildu (que han optado por la abstención) han afirmado que la propuesta hecha por Iglesias de cambiar el Ministerio de Trabajo por la políticas activas de empleo, sumadas a la oferta de los socialistas, bastan para que se cierre el esperado gobierno de coalición.
De hecho, el propio Gabriel Rufián - tras afirmar que lo ocurrido es "terrible"- se ha ofrecido a intermediar entre PSOE y Unidas Podemos con tal de que lleguen a un acuerdo... y que la potencial investidura se vote cuanto antes. El portavoz republicano e independentista recordó que septiembre es "mal mes para la política", dado que para entonces se espera que se conozca la sentencia del juicio del 'procés'.
Optimismo y pesimismo
Desde Unidas Podemos se muestran moderadamente optimistas. Fuentes del partido consideran que ahora se abre de nuevo la puerta a un acuerdo, sobre todo por la última propuesta de Iglesias. "No vamos a arrojar la toalla", aunque también hay quienes indican que la sensación que da el PSOE es que "no quiere llegar a un acuerdo". Y también avisan: "No nos podemos rebajar más".
Por parte de los socialistas, también impresiones distintas. Mientras que hay algunas voces que consideran posible llegar a un acuerdo a lo largo de agosto -con el fin de que la investidura se celebre cuanto antes para no coincidir con la sentencia del procés y contra la abstención de los independentistas- , otras voces, de altos cargos del Gobierno en funciones, no lo ven "factible", al menos en las actuales circunstancias. Todo apunta a un verano intenso en negociaciones puesto que nadie quiere ser responsable de una repetición electoral en septiembre.