Las patatas amenazan con convertirse en una crisis: los precios se disparan ante la baja producción

El precio de los alimentos por fin empieza a dar un respiro, tras tres años muy complicados. Pero a pesar de esta tregua, aún hay productos cuyo coste se mantiene al alza. Y uno de los más destacados es el de la patata, que es el alimento que más ha subido de precio en los supermercados en lo que llevamos de año. En concreto, se han encarecido un 12% entre enero y agosto, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).

Una situación, la de este tubérculo, que amenaza con convertirse en una crisis. Nadie es capaz de predecir si la subida de precios es coyuntural o si nos encontramos ante una nueva realidad. Y es que, en las últimas semanas, el precio de la patata en origen se ha más que duplicado en los últimos cinco años.

Detrás de esta espectacular subida de precios hay dos razones, principalmente: la caída de la producción nacional, sumada a una menor entrada de producto francés, principal competidor.

También calculan desde COAG, en declaraciones recogidas por EFE, que la diferencia entre el precio en origen y el coste en destino de la patata alcanza el 267%.

El problema con la producción está claro. Aunque aún no ha finalizado la campaña, está siendo realmente corta, marcada por la climatología, con temperaturas extremas, y la mala calidad de las semillas. Con estas circunstancias, los expertos calculan que la producción caerá entre un 20% y un 30% en la mayoría de parcelas.

Para los agricultores, esta caída de la producción tampoco es un drama mientras los precios se mantengan en estos niveles. Hay poca producción a precios históricos, nunca antes vistos, como reconocen desde todas las organizaciones agrarias.

Los elevados precios en origen también se explican por la crisis de los fitosanitarios y la escasez de mano de obra, que ha disparado los costes de producción en las últimas campañas.

La situación en Francia tampoco acompaña. La producción en el país vecino también ha caído, y como recuerdan desde la organización, además es de peor calidad. Por el bien de los agricultores, rezan, espera que su presencia en el mercado nacional se mantenga.

Caída del consumo

Desde Asaja también apuntan a la responsabilidad de los consumidores, que tienen que hacerse conscientes de los altos costes de producción que afronta el sector, que obliga a encarecer la cesta de la compra. Además, recuerdan, que el buen producto hay que pagarlo.

Hay que tener en cuenta que en los últimos años se ha reducido el consumo de patatas. Casi un 11% menos respecto a 2019, según datos de Fepex y el Ministerio de Agricultura. En este contexto, ha ganado presencia la patata congelada, que aunque no representa aún unas cifras "muy llamativas", deja intuir un cambio en las tendencias de consumo que benefician los productos congelados como, en este caso, la patata.

Los motivos radican en los propios hábitos de consumo de los ciudadanos, que comen más fuera de casa, mientras que en el hogar apuesta por productos congelados, ya sea por comodidad o precio. De hecho, se aprecia un incremento en la compra de patata transformada.

Y mientras el sector de la patata trata de evitar una crisis, no deja de mirar a Egipto con preocupación. El país norteafricano, más que asentado ya como uno de los principales productores a nivel mundial, ha multiplicado sus exportaciones a España por 20 en los últimos 5 años. Y por si no tuviera una posición lo suficientemente fuerte, la devaluación de la moneda egipcia esta primavera ha vuelto su producto aún más atractivo.