La recuperación económica tras la pandemia ha venido acompañada de presiones inflacionistas, consecuencia de las tensiones de la cadena de suministro y la crisis energética, situación agravada por la guerra entre Rusia y Ucrania, que ha provocado una escalada sin precedentes de los precios del gas natural y la electricidad. Esto afectará a la rentabilidad de muchas empresas en el corto plazo, como es el caso de Vidrala.
A juicio de su presidente, Carlos Delclaux, "la política industrial y energética de la Unión Europea no se ha desarrollado como debía". Considera que se ha perdido la oportunidad de tener fuentes de energía que permitan la transición hacia las renovables, como el gas, y que eliminen la dependencia de Rusia, norte de África y Estados Unidos.
¿Cómo afecta a Vidrala la guerra en el suministro de energía y materias primas?
La fabricación de vidrio es intensiva en el consumo de energía debido a la utilización de hornos de fusión que operan en continuo. La energía es, por tanto, importante para Vidrala como empresa industrial, como también lo es para Euskadi, Europa y el mundo en general. La guerra actual tendrá unas repercusiones negativas para muchas industrias, no solo para la nuestra. Sobre los efectos en las cadenas, en nuestro caso los suministros de materias primas y la comercialización del producto son, en su mayoría, locales. Pero en la cuestión de la energía, esencial en una economía desarrollada, el impacto va a ser fuerte para Europa.
¿Por qué se ve tan damnificada Europa en materia energética?
La política industrial y energética de la Unión Europea no se ha desarrollado como debía. Durante los últimos 20 años se ha centrado en ser líder en el mundo en temas medioambientales y en la lucha contra el cambio climático, lo que está muy bien. Pero ha definido un camino hacia una transición energética idealizada y basada en decisiones cortoplacistas. Una economía tiene que ser competitiva y buscar el camino adecuado y me asombra la escasa preocupación e inacción en los últimos años. Si quieres hacer una transición del petróleo y del carbón hacia las energías limpias, en el impasse necesitarás una energía fósil más limpia como es el gas, por ejemplo. Pero en Europa en el trayecto no tenemos nada y hace falta una política para ello.
¿Cree que se pueden sufrir cortes de suministro de gas?
Con el conflicto en Ucrania es evidente que la situación europea en el tema del gas natural se tensiona aún más. La dependencia de Europa del gas ruso denota la ausencia de una política energética y es un síntoma de la incapacidad europea de defender los intereses de sus ciudadanos y de las empresas, para fabricar sus productos de manera competitiva. No vemos que el problema vaya a estar en la falta de suministro, sino en el entorno anormalmente inflacionista ante el que se encuentra la industria europea por estar supeditada a sus principales proveedores de gas: Rusia y norte de África, zonas muy inestables, y Estados Unidos.
Entonces, ¿es ahora Estados Unidos la garantía para el continente europeo?
Efectivamente, con Estados Unidos (EEUU) tenemos el suministro asegurado, pero veremos a qué precio. En 2021, Europa ya compró más gas licuado de EEUU que lo suministrado desde Rusia. Lo curioso es que hace 25 años en EEUU había poca producción de gas y, sin embargo, se ha convertido en un enorme exportador. Y en todo ese tiempo en Europa no se ha hecho nada por razones medioambientales. Es comprensible que se produzcan problemas de suministro a raíz de algo imprevisto como una guerra. Pero es inadmisible que Europa no haya ejecutado planes para aumentar su grado de autonomía energética. Por esta razón, la Unión Europea es responsable, en gran medida, de la actual debilidad dependencia energética, cuando se podía haber hecho algo en las últimas décadas, como lo ha hecho EEUU. Ya no hay remedio posible y esta dependencia rusa se revertirá con acuerdos con Estados Unidos, que se enriquecerá con los suministros de gas a Europa.
Con este escenario, ¿qué previsiones se atreve a realizar para el ejercicio 2022?
La demanda de envases de vidrio avanza, apoyada en el consumo de alimentos y bebidas, la paulatina normalización de actividades sociales condicionadas por la pandemia y, fundamentalmente, por el apoyo al vidrio como el envase sostenible definitivo. Si bien, las presiones externas en costes afectarán a nuestros márgenes en el corto plazo hasta que la coyuntura se estabilice y nuestros precios de venta se adapten. El proceso inflacionario en el que está metida Europa puede provocar una crisis económica mayor que en otras zonas del mundo. Y aquí será importante la industria. Está demostrado que en épocas de crisis, el que una economía tenga mayor peso industrial permite que las caídas en su PIB y los efectos en el desempleo sean menores. Por eso, País Vasco, con cerca de un 25% de industria frente al 15% de media de España, siempre recupera mejor sus cifras económicas que otras CCAA, por su fuerte peso industrial.
¿Qué fortalezas y debilidades destacaría del ecosistema económico vasco?
En País Vasco, destacaría la apuesta que el Gobierno autonómico está realizando por el desarrollo de la tecnología del hidrógeno verde, una de las fuentes energéticas del futuro. En la fábrica más grande del grupo Vidrala, ubicada en Elton (Inglaterra), el Gobierno británico ha determinado esa zona como prioritaria para el tema del hidrógeno, por sus accesos, logística, etc. Y también aquí el Gobierno vasco apuesta por esta tecnología, por su cercanía a los puertos, su posición geográfica, etc. Por otra parte, hay varios elementos negativos en Euskadi, pero son manidos, como el tema salarial, sindical, la fiscalidad, etc. Es evidente qué para tener mayor peso industrial, la presión sindical no ayuda, ya que se va perdiendo competitividad frente a otras regiones de España.
Ha mencionado la fiscalidad. ¿Qué opina sobre la política que se aplica en Euskadi?
Estoy a favor de la política fiscal desarrollada en la Comunidad de Madrid en los últimos años. Y me parece inapropiado que las Administraciones estén siempre comparándose con el "peor de la clase": que si tiene altos los impuestos, mucho gasto público, participación del Estado en la economía, etc. Es muy demagógico dar a elegir entre querer estar, por ejemplo, como Marruecos o como Francia. Yo prefiero Reino Unido a Francia, con menos impuestos, menos gasto público, etc. Portugal también es más flexible que España. Pediría que empiecen a compararse con los que lo hacen mejor.
Vidrala es un grupo global con sede en País Vasco. ¿Se ha planteado la dirección un traslado del centro de decisión a otras zonas o países con menor presión fiscal?
Seguiremos apostando por Euskadi. El grupo Vidrala, con posición de liderazgo en Reino Unido e Irlanda, con plantas en Italia, Portugal y España, tiene su centro de decisión en Llodio y nuestra idea es mantenerlo aquí. Estamos muy bien en Euskadi, aunque el tema fiscal es más atractivo, por ejemplo, en Irlanda. Los procesos de decisión, los departamentos de investigación y desarrollo, porque Vidrala es muy activa en I+D en el campo de la transición energética y en la búsqueda de otras fuentes alternativas como el hidrógeno verde; todos los centros de decisión y el grueso de la I+D está en la localidad alavesa de Llodio. En Reino Unido tenemos Vidrala Academy, pero los centros de decisión del grupo están aquí, sin discusión, y los centros de investigación más importantes, así como la Administración central.
¿Cree que cambiarán las estrategias en el exterior debido de la pandemia?
La internacionalización es una consecuencia del comercio internacional y crea riqueza para las sedes. Los procesos que estaban en marcha antes de la pandemia van a seguir, en algunos casos acelerados. Una empresa no puede quedarse sin buscar otros mercados para ser más eficiente y más competitiva. Por eso, las medidas proteccionistas son malas de por sí, como el tema de Trump en Estados Unidos, el Brexit, o lo que está ocurriendo con Rusia. Es volver a viejas prácticas europeas del siglo XIX. No hay quien pare la tendencia a la globalización en un mundo en que el consumidor es cada vez más exigente y demanda precios más competitivos. El proceso de internacionalización de Vidrala se basa en una visión amplia del mundo y en la busca de otros mercados donde actuar y dar servicio al cliente; tendemos a ser muy locales donde estamos ubicados, a pesar de estar internacionalizados. Por ejemplo, en Portugal la operativa es portuguesa, con independencia de que el centro de decisión lo tenemos en Llodio.
Sobre el 'Brexit', ¿cómo ha afectado a la actividad de Vidrala?
Vidrala tiene una posición muy importante en Reino Unido e Irlanda, bajo la marca Encirc, con una cuota de mercado por encima del 30%. El Brexit ha afectado a la compañía de manera contenida, ya que nuestro negocio en Reino Unido es básicamente doméstico. Sí ha afectado el proceso inflacionario que ha provocado el Brexit y la disponibilidad de trabajadores. A largo plazo, la demanda en el Reino Unido se mantiene firme gracias a las relaciones con clientes de primer nivel mundial, la competitividad de las instalaciones industriales y el valor añadido que aportan a la oferta los servicios de envasado. Al hilo de la dependencia energética me gustaría comentar que si Reino Unido, conociendo como son de prácticos sus dirigentes, no hubiese estado los últimos 20 años en la Unión Europea, no tendría hoy el problema que tiene con el suministro de gas. Seguro que habría desarrollado alternativas para asegurar su suministro y no depender de Rusia.
En la actividad de I+D, ¿cuáles son los principales proyectos?
Somos la única empresa del sector vidriero que está en los tres foros de investigación más importantes en el mundo del vidrio. Buscamos formas de aumentar la cantidad y la calidad del vidrio reciclado que incorporamos a nuestro proceso productivo. El objetivo es que el 90% del vidrio que se consume acabe reciclándose. Por otra parte, se han demostrado las ventajas del vidrio para el medioambiente frente al plástico, sobre todo en el aspecto de la salud. Otra tendencia es el aligeramiento, que ha logrado reducir el peso de las botellas de vino, por ejemplo, de 600 gramos a 390 en 20 años.
¿Tiene Vidrala el talento necesario a su alcance o le faltan determinados perfiles?
En Euskadi hay mucho talento en funciones que exigen pasar por la universidad, pero faltan perfiles de formación profesional que necesitamos para ganar peso industrial. Para impulsar esta formación, Vidrala, junto a la Consejería de Educación de Castilla-La Mancha, ha puesto en marcha un ciclo de Grado Superior en Mecatrónica que permita formar a los jóvenes para el relevo generacional en su fábrica de Caudete, Albacete.