
Renfe pone en liquidación su filial en EEUU al reconocer unas pérdidas acumuladas de 4,5 millones y registrar un deterioro del 100% sobre las inversiones acometidas desde hacía más de un lustro.
Entonces la española se había convertido en socio estratégico en el desarrollo del proyecto Texas Central, que preveía la construcción de una línea de alta velocidad de 386 kilómetros y una previsión de ingresos de 5.300 millones hasta 2042. Sin embargo, el desarrollo fue encadenando retrasos, obstáculos judiciales y dificultades financieras, hasta quedar paralizado tras la retirada del respaldo público por parte de la Administración Trump en abril. Ante esta situación, Renfe hace lo correcto al poner fin a su aventura americana para centrarse en crecer en Europa.