
España ha perdido un 13% en la confianza de los inversores extranjeros respecto al año 2024. Una caída que provoca que nuestro país haya salido del Top 10 de destinos atractivos para invertir, según el indicador de la consultora Kearney. En concreto, España pasa del puesto 9 al 11, ahondando en la tendencia a la baja que presenta desde 2023, ejercicio en el que ocupaba la octava posición. La inseguridad jurídica, la insuficiente protección de los derechos de propiedad, la complejidad regulatoria, los limitados incentivos fiscales y la inestabilidad política son lastres ya conocidos que frenan el interés de los extranjeros por traer su dinero a España. Urge terminar con estos problemas que impiden que la economía reciba grandes inyecciones de capital que impulsan su crecimiento.