Opinión

Ilegal, inmoral y engorda

  • Pese a las denuncias, escándalos y falsedades Sánchez no convocará elecciones
El Presidente del gobierno, Pedro Sánchez, hablando ante los medios
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Me pongo a pensar, y no puedo cambiar. Que culpa tengo yo, amigo dímelo. Será que lo que a mí me gusta es ilegal, es inmoral, o engorda". Viene a mi memoria esta letrilla de la canción de Roberto Carlos, en vista de la profusión de fontanería, cloacas y fango que envilecen la política española y que afectan directamente al PSOE y al gobierno con su presidente al frente. Un Pedro Sánchez al que recién elegido secretario general del PSOE un destacado dirigente del Grupo Socialistas del Congreso definía en julio de 2014 como un personaje "sin programa y sin proyecto, sólo tiene ambición. Es capaz de vender a su padre, vender al partido y vender España con tal de conseguir sus ambiciones". Que ya entonces venía precedido de reconocida fama de advenedizo y arribista siendo un secreto a voces el plagio de su tesis doctoral. Reputación que no tardó en confirmar cuando en 2016 perpetró un fraude y un pucherazo durante la reunión del Comité Federal del PSOE convocado para relevarle de la secretaría general instalando una urna escondida y camuflada tras un biombo para que nadie garantizase las mínimas garantías democráticas.

Desde entonces su trayectoria y proceder no ha hecho sino corroborar aquellas palabras del dirigente socialista, hoy purgado, sin demostrar dudas o escrúpulos para engañar y contradecirse cuando ha necesitado apoyos para acceder y permanecer en La Moncloa. Empezando por su acceso a la presidencia del Gobierno mediante una moción de censura para supuestamente conseguir la "regeneración de la democracia" y que siete años después se ha convertido en degeneración de las instituciones democráticas, asalto al Estado de Derecho, denuncias de corrupción en su entorno político y familiar y falsedades que el considera "cambios de opinión"."

Convocaré elecciones cuanto antes", dijo en 2018 tras la moción de censura a Mariano Rajoy para luego mantenerse en el poder sin pasar por las urnas hasta abril de 2019, casi un año después. Previamente, en 2015, durante una entrevista electoral, Sánchez afirmó tajante y reiteradamente que "con Bildu no vamos a pactar" para posteriormente, en 2020 y 2023, pactar con los herederos de ETA su investidura para seguir en La Moncloa, además de otros acuerdos en gobiernos municipales y autonómicos.

Se comprometió también a no conceder indultos ni amnistía a los golpistas catalanes condenados por el procés, además de traer a España a Puigdemont. Sin embargo en 2021 certificó el indulto a los líderes independentistas y hoy el Tribunal Constitucional está a punto de aprobar la amnistía a los líderes independentistas, además de que Puigdemont es su socio preferente, ante el que se humilla y cede a todos los chantajes del fugado y su partido y quien verdaderamente manda en España.

Proclamó tras las elecciones de 2019 que no dormiría por la noche, como el 95% de los españoles, si Podemos entrase en el gobierno y tres meses después formaba con los podemitas el primer gobierno de coalición de la democracia con Pablo Iglesias como vicepresidente. Sonado fue también su "cambio de opinión" sobre el Sahara Occidental, reconociendo la soberanía marroquí de facto sobre la ex colonia española que muchos relacionan con el espionaje de Pegasus a su teléfono móvil y a los de algunos de sus ministros.

Y si pasamos al ámbito de la economía, Pedro Sánchez reiteró en campaña que no subiría los impuestos a los trabajadores ni a las clases medias, y en siete años ha realizado 94 subidas fiscales y de las cotizaciones sociales hundiendo a España en el ranking de competitividad fiscal. Prometió 1.800.000 viviendas y todavía estamos esperando la primera. Presumía de ser el gobierno más social de la historia y tenemos a más de 12 millones de españoles en riesgo de pobreza o exclusión social, siendo líderes de Europa en pobreza infantil, en desempleo y en paro juvenil. Son algunas de las más destacadas falsedades de un Pedro Sánchez que, pese a los escándalos y el clamor social, no convocará elecciones porque España y el PSOE ni le interesan ni le importan. Para él son sólo instrumentos para mantenerse en el poder.

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