Opinión

Portugal y España: la frontera en expansión de la innovación mundial

  • Portugal se ha consolidado como un entorno favorable para la experimentación y el desarrollo de soluciones innovadoras
  • España, por su parte, ofrece una importante escala de mercado y una diversidad regional que enriquece su ecosistema de innovación
  • Portugal y España se han consolidado como dos ecosistemas hermanos con trayectorias propias pero un objetivo común: convertir la Península Ibérica en una plataforma global de innovación
Ejemplo de una startup en España: Recover
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En los últimos años, la Península Ibérica se ha consolidado como uno de los centros de innovación y emprendimiento más dinámicos de Europa. Portugal y España, históricamente considerados periféricos en el mapa europeo, emergen ahora como plataformas estratégicas para startups y empresas tecnológicas con ambiciones globales.

Portugal se ha consolidado como un entorno favorable para la experimentación y el desarrollo de soluciones innovadoras. Startups y empresas internacionales eligen Portugal no sólo por las infraestructuras o los incentivos, sino por el ecosistema humano que encuentran aquí: diverso, colaborativo y orientado a resolver problemas reales. El entorno menos saturado en comparación con otros centros europeos permite probar y aprender de forma ágil, en un mercado lo suficientemente maduro como para generar un aprendizaje significativo, pero lo suficientemente accesible como para permitir el riesgo y la experimentación.

Lisboa, por ejemplo, se ha convertido en un punto de encuentro para emprendedores de distintas partes del mundo, ofreciendo una combinación única de talento cualificado, calidad de vida y fácil acceso a los mercados internacionales. La presencia de eventos como la Web Summit refuerza este posicionamiento, atrayendo a inversores y startups que ven en el país una oportunidad para probar y validar modelos de negocio antes de escalar a mercados más exigentes.

España, por su parte, ofrece una importante escala de mercado y una diversidad regional que enriquece su ecosistema de innovación. Ciudades como Madrid y Barcelona destacan como centros de excelencia en áreas como fintech, salud digital, movilidad y energías renovables.

La capital acoge, por ejemplo, South Summit, uno de los eventos más importantes del sector, que en 2024 generó un impacto económico de unos 35 millones de euros y atrae a participantes de todo el mundo. Barcelona se ha consolidado como uno de los principales hubs de startups de la Unión Europea, con más de 2.285 empresas activas en 2024, lo que supone un crecimiento del 9% respecto al año anterior.

En concreto, la ciudad condal lidera sectores como la salud, los servicios empresariales y el software, las TIC la alimentación, la sostenibilidad y la energía y también goza de reconocimiento mundial en los sectores de videojuegos y farmacéutico, atrayendo a empresas como Novartis y AstraZeneca. Mientras que, otras ciudades españolas como Valencia, la que destaca por su apuesta por tecnologías como la IA, la nanotecnología, los nuevos materiales, la robótica y la ciberseguridad también están emergiendo como centros de innovación.

Portugal y España se han consolidado como dos ecosistemas hermanos con trayectorias propias pero un objetivo común: convertir la Península Ibérica en una plataforma global de innovación. Por un lado, tenemos un entorno dinámico y atractivo para los emprendedores globales mientras que, por otro nos encontramos con una escala de mercado robusta y una diversidad regional que impulse la competitividad.

En consecuencia, es esencial que sigamos invirtiendo en la simplificación de los procesos burocráticos, la formación de talento especializado y el fortalecimiento de los vínculos entre los distintos ecosistemas. Además, es vital que sigamos invirtiendo en colaboración: menos barreras, más puentes. Puentes entre ciudades, entre sectores, entre generaciones. Con una visión estratégica y la contribución de emprendedores, inversores y talento local e internacional, estos ecosistemas ibéricos tienen el potencial de liderar la próxima ola de innovación en Europa y, quizás, en el mundo.

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