Opinión

Sobre el posible "dieselazo" del Gobierno

El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez.

Muchas son las voces que apuntan a que el Gobierno va a subir el impuesto a los hidrocarburos en breve, en concreto al carburante diésel (gasoil), bajo el argumento de que su precio debe igualar al de la gasolina e incentivar de esta manera que disminuya su consumo y la polución que emiten los motores alimentados por este combustible.

Eso es algo que, con sinceridad, será infructuoso. Porque es indiscutible que no va a conseguir que se polucione menos en el corto plazo porque el consumo de gasoil no va a poder ser sustituido en muchos automóviles y aún menos en camiones, que están lejos de poder tener una vía alternativa real y eficaz para su funcionamiento. Y en el medio plazo, a decir verdad, está por ver si las energías alternativas a las fósiles, que en este caso redundan en la electricidad, van a poder servir con un mínimo de eficacia por razones obvias como infraestructura, acumulación etc.

Por tanto, en este caso del diésel en concreto, parece que la subida impositiva solo puede deberse a un interés de lograr una mayor recaudación en un momento en el que los ingresos tributarios alcanzan unos niveles históricamente altos.

También hay que decir que esto va a tener consecuencias en la inflación, pues de manera indefectible va a redundar en una subida de precios general porque ese combustible es utilizado en el transporte por prácticamente por el cien por cien camiones y furgonetas y va a ser repercutido al precio final del servicio. Lo cual, como también cabe señalar, va a hacer que se recaude también más a través del impuesto sobre el valor añadido (IVA) llenando aún más las arcas del Estado.

Dicho esto, y como es obvio, esta inflación derivada de una posible subida del precio del diésel va a ocasionar que la ciudadanía tenga aún más dificultades para llegar a fin de mes. Y justo por eso, que es bien sabido, el Gobierno tendría que explicar entonces cuál es el verdadero motivo para diésel, pues podría llegar a pensarse que en realidad sólo trata de conseguir una mayor recaudación tributaria para lograr alcanzar el equilibrio presupuestario al que viene obligando Europa e ir saldando sus déficits actuales.

Hay que recordar, por poner un simple ejemplo, que en el horizonte está también la elevación de los presupuestos militares de los países europeos, pues de otro modo sería incomprensible que en estos momentos se provoque una erosión de la capacidad financiera de la ciudadanía.

Y es muy posible, además, que esa subida de impuestos aboque a que el ingreso tributario en España sea finalmente menor como consecuencia del parón de la demanda interna que indudablemente va a ocasionar esta disminución del poder adquisitivo de la ciudadanía. Por lo que se puede llegar a decir, sin ningún temor a equivocarse con rotundidad, que esta subida tributaria sería un craso error.

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