
Hay noticias que no abren nunca un informativo ni son portada de un periódico, pero cuya repercusión y trascendencia, cuya capacidad de influir para cambiar las cosas es mucho mayor de la que imaginamos. Hacer posible que la prosperidad vaya más allá del beneficio económico, lograr que el impacto social positivo sea igual de importante que el éxito financiero es, sin duda, una de ellas.
España es el cuarto receptor mundial de proyectos de inversión innovadores greenfield, solo por detrás de Estados Unidos, Reino Unido y Alemania, gracias al despliegue de políticas públicas con el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, que están transformando nuestro país en el ámbito de las energías renovables o la digitalización del tejido productivo.
También, en las últimas semanas, se ha producido una de esas noticias que son un avance para cambiar el curso de los acontecimientos, un paso para dar la vuelta a la realidad y avanzar en una senda de la que obtener mayores y mejores beneficios para el conjunto de la sociedad: la creación del Fondo Social de Impacto que aprobó el Consejo de Ministros y que ha sido convalidado por el Congreso de los Diputados el pasado 23 de julio.
Un Fondo Social de Impacto que, con una inversión inicial hasta junio de 2026 por parte del Gobierno de España de 400 millones a través del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, sienta las bases para que el crecimiento económico vaya acompañado de progreso social y medioambiental, impulsando aquellas iniciativas que permitan a nuestro país ser más competitivo y crecer de forma más sólida, a la vez que se da una mayor prioridad y protección al bienestar de las personas.
Las Naciones Unidas, a través de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, ya interpela a empresas y gobiernos para que los beneficios económicos dejen de ser la única prioridad y se impulsen aquellos proyectos innovadores que tengan como objetivo los fines sociales y medioambientales. Eso es lo que busca el Gobierno de España creando este Fondo Social de Impacto: que seamos capaces como país de apostar por un futuro más sostenible, que es la única vía para asegurar un progreso más seguro y duradero en el tiempo, apoyando con recursos las iniciativas empresariales de emprendimiento social que contribuyen, desde la innovación, a impulsar cambios en el ecosistema empresarial, para que la vida y el bienestar de las personas y la protección de nuestro planeta sean tan importantes como el retorno financiero.
Un fondo que va a estar abierto a todas las entidades y organizaciones que quieran presentar proyectos, ya sean empresas, startups, organizaciones sociales, fundaciones u otros fondos de inversión que ya existen, con el objetivo de atraer recursos privados adicionales a este modelo de economía que dirige su último objetivo a fines sociales y medioambientales que mejoren la calidad de vida de la ciudadanía y del planeta.
Hablamos de proyectos que tienen un retorno social directo sobre la ciudadanía y que repercuten con efectos positivos sociales o medioambientales más allá del retorno financiero. Hablamos de iniciativas empresariales sociales y verdes que son una auténtica herramienta transformadora para transitar hacia una economía más verde y justa, que es también la garantía de un progreso más sostenible.
Un Fondo de Impacto Social con el que España se sitúa, una vez más, a la vanguardia del mundo, siendo un país pionero en el apoyo a estas iniciativas empresariales. Se trata del mayor fondo de inversión de impacto público creado en nuestro país y el único en la UE con fondos Next Generation, y se estima que contribuirá a duplicar el ecosistema de inversión de impacto en los próximos cinco años.
El Premio Nobel de la Paz Muhammad Yunus afirmó hace unos años durante un curso de verano en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo que "la única solución posible pasa por crear una nueva civilización que se guíe por valores humanos y no por la maximización de beneficios". Avancemos en ello para construir un futuro mejor.