Opinión

La movilidad aérea: una mirada al futuro

Leonardo da Vinci diseñó el tornillo aéreo: uno de los primeros bocetos de aparatos voladores, el auténtico precursor de lo que estaba por venir, alrededor del año 1490. De aquel invento -uno de tantos del genio florentino-, hasta hoy, los avances en este ámbito no han dejado de producirse. De hecho, está previsto que el mercado de los vehículos voladores crezca un 25,1% para 2030, pasando de 1.900 millones de dólares en 2020 a 17.840 millones en tan sólo una década.

De estos medios de transporte, los vehículos eléctricos de despegue y aterrizaje vertical (eVTOL) son aquellos que despiertan especial interés por los beneficios que aportarán a las comunidades donde se implanten. Por tanto, ya son varias las regiones del globo que están desarrollando marcos normativos para el momento en que los eVTOL se integren en el paisaje urbano.

Entre las razones que impulsan la adopción de estos nuevos modelos de tráfico, sin lugar a duda, se encuentran una mayor densidad urbana que en décadas anteriores. Y es que, la concentración de estructuras urbanas en los países en desarrollo ha crecido de manera acelerada en las últimas tres décadas. Además, a esto se ha de añadir que el aumento de las redes urbanas de transporte público –construcción de nuevas líneas de metro, tanto subterráneos como en superficie, de redes de cercanías, etc.–, aún no han conseguido solucionar los problemas y que conllevan altísimos costes de implantación y mantenimiento y con frecuencia involucran factores geológicos, medioambientales e incluso políticos; se hace evidente la necesidad de contemplar otros modelos de movilidad.

Todo esto vislumbra ya que la transformación de las áreas metropolitanas estará marcada en los próximos años por el concepto clave de la Movilidad Aérea Avanzada (AAM por sus siglas en inglés). Así, los ciudadanos compartiremos el espacio con las aeronaves eVTOL que se integrarán en redes de transporte multimodal y que, a su vez, serán parte de sistemas regionales o suprarregionales. La AAM, por tanto, es y será clave en el salto definitivo hacia la intermodalidad del transporte: la tecnología necesaria –y en constante evolución– para su desarrollo que ya hoy está disponible.

Las claves para el desarrollo de la Movilidad Aérea Avanzada del futuro

Los avances tecnológicos son efectivamente uno de los factores que determinarán el despegue definitivo de la Movilidad Aérea Avanzada en las ciudades. Aunque en la actualidad existen varias áreas en las que las compañías están trabajando, como las fuentes de energía, la seguridad o la reducción del impacto ambiental, es precisamente este último punto la clave para el futuro. La disminución de las emisiones y la contaminación acústica de los eVTOL contribuyen de forma clara a un aire más limpio y a una huella acústica menor que los aviones o los helicópteros convencionales. Cada vez se realizan diseños aerodinámicamente más eficientes y silenciosos.

En cuanto a la seguridad, a lo largo de este año obtendremos mucha más claridad sobre los marcos regulatorios de certificación para estas operaciones y presenciaremos un mayor número de asociaciones y acuerdos entre las partes interesadas públicas y privadas para hacer de las nuevas modalidades de movilidad una realidad.

Este será un proceso de varios años que no sólo incluirá el desarrollo de los vehículos y las infraestructuras, sino también la búsqueda de financiación y la construcción de legitimidad y aceptación social para el uso de estos servicios. Las agencias gubernamentales, la industria y los potenciales clientes tendrán que combinar sus esfuerzos para integrar con seguridad esta nueva clase de aeronaves.

El apasionante reto que está por delante

A pesar de que las previsiones sitúan el despegue de este mercado en 2030, la realidad es que todo el sector ha vivido una aceleración en los últimos años. Esta velocidad en el desarrollo de prototipos nos ha permitido ser testigos de los primeros vuelos de vehículos que recuerdan a aquel tornillo aéreo que diseñó da Vinci hace ya más de 500 años.

La Movilidad Aérea Avanzada supone uno de los retos más inmediatos a los que nos enfrentamos en el sector de la movilidad. Una oportunidad que estamos en disposición de aprovechar gracias a la innovación y el desarrollo empresarial asociado a los operadores de vuelo, a un nuevo diseño del espacio aéreo, a los desarrolladores de software, a los fabricantes o a la construcción de vertipuertos. Es precisamente la complejidad de todo este ecosistema y la gran variedad de actores que lo conformamos lo que hace que el futuro sea tan apasionante y desafiante.

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