
El INE publicó recientemente la Encuesta de Población Activa (EPA) referida al primer trimestre de 2024 y el número de empleos (21.250.000) disminuyó en casi 140.000 personas respecto al trimestre anterior, el último de 2023. Pero todos los datos dentro del mercado laboral están sujetos a la estacionalidad y así, por ejemplo, el paro subió respecto al trimestre anterior en 117.000 personas, pero en términos desestacionalizados respecto al primer trimestre de 2023 disminuyó en 208.500 personas.
En cuanto a las regiones, la mayor caída del paro se detectó en Canarias (14.500) y el mayor incremento en Baleares (28.300). En cualquier caso, el mercado de trabajo español se deprime en los tres primeros meses del año por el fin de los contratos de la campaña de Navidad y por la bajada en el turismo.
Mas esas correcciones estacionales no permiten decir que las cosas vayan bien. Por ejemplo, por cada empleo creado a tiempo parcial se destruyeron tres a tiempo completo, cuando en el primer trimestre de 2023 la relación era prácticamente de uno a uno.
Sea como sea, el empleo a tiempo completo se incrementó en 501.100 personas respecto al primer trimestre de 2023 y el mayor incremento de empleo (respecto al trimestre anterior) se dio en la Comunidad de Madrid (45.000) y el mayor descenso en el País Vasco (-39.200). Por algo será.
Cuando se describe el paro es preciso tener en cuenta la fuente estadística que se maneja, y no es lo mismo la estadística de paro registrado del Ministerio de Trabajo que la que suministra la EPA. La primera es una estadística sacada de un registro al cual acuden los parados que lo desean y la segunda es una encuesta diseñada desde Eurostat. Bien es verdad que el cuestionario se pasa ahora por teléfono y no se rellena en presencia del entrevistador, con lo cual con frecuencia quien responde a la llamada es alguien de la familia y por eso los errores de respuesta han crecido. En cualquier caso estamos ante una encuesta amplia cuyo cuestionario está discutido y diseñado en Eurostat.
Otro dato demográfico y económicamente relevante es que el crecimiento de la población activa en España está impulsado sobre todo por los inmigrantes: del crecimiento de 407.000 activos respecto al primer trimestre de 2023, 233.000 fueron extranjeros. Y es que la inmigración está transformando la ocupación en España, y una inmensa mayoría de los empleos que ocupan los inmigrantes son de baja calidad profesional y con bajos salarios. Y tengo para mí que lo más grave vendrá después. Me refiero a los hijos de esos inmigrantes con sueldos bajos. ¿Cuántos de esos hijos van a la Universidad? El porcentaje está muy cerca de cero. Y algo parecido ocurre con su presencia entre el alumnado de la Formación Profesional superior, y apenas remonta en la FP de grado medio.
Por eso es necesario poner en práctica políticas de integración, y entre ellas resulta urgente incentivar a las familias inmigrantes para que sus hijos vayan a la Formación Profesional y a la Universidad. No será fácil implementar esas políticas de igualdad, pero de no abordarse ese gran problema el futuro de España correrá graves riesgos.