
Santander batió el pasado año su récord de beneficios, las previsiones de los analistas y sus propios objetivos, al ganar 11.076 millones, un 15,3% más que en 2022. Como el resto del sector, el banco se benefició de las continuas subidas de tipos, como refleja el incremento del 10,2% del margen bruto, hasta 57.423 millones. Pero la política monetaria no ha sido la única variable que ha posibilitado el histórico beneficio de la entidad. A ello ha contribuido también una sólida oferta comercial (captó más de cinco millones de nuevos clientes), y el cambio de modelo organizativo, que ha elevado la eficiencia y la productividad. Factores que, según la presidenta Ana Botín, permitirán a Santander seguir creciendo en 2024, pese a la ralentización económica y el impuestazo.