Opinión

El éxito en las alianzas empresariales

  • La mayoría de las asociaciones entre empresas fracasan por falta de compatibilidad

En una excelente película, El último cuarteto, se plantea la crisis en la que vive un cuarteto de música, debido a la enfermedad grave de su primer violinista y el fuerte deseo del segundo violinista, Robert, de sucederle. Esta situación inicial hace aflorar todas las tensiones latentes en la alianza que han mantenido entre los cuatro durante los más de 3.000 conciertos en los que han tocado juntos. El grupo vive de sus recuerdos, han construido una identidad común, han desarrollado trabajosamente equilibrios de poder internos, pero sufren momentos en los que parece que los egos personales, la idea de que la aportación de valor individual es mayor que la del grupo, vaya a prevalecer. La crisis en la alianza aboca a una separación, pero después de un tiempo se dan cuenta de que "cedieron a la debilidad y a la desidia" a la hora de afrontar los obstáculos, de que cometieron un error, y vuelven a rehacer el cuarteto con una nueva líder.

No es lo habitual que las alianzas empresariales resulten exitosas; de hecho, fracasan tres de cada cuatro. ¿Cuáles son las claves para triunfar? Entender y aceptar "el modo de ser y de hacer las cosas" de cada una de las partes es un aspecto fundamental. Muchos consideran demasiado obvio el factor de la compatibilidad cultural. Otro punto esencial a tener en cuenta es el compromiso real, de los socios como de los directivos, de llevar a cabo la alianza. En la medida en que el compromiso es alto, la posibilidad de éxito aumenta considerablemente.

Los factores críticos de éxito dependen de lo que se suele denominar compatibilidad estratégica (incluyendo complementariedad, sinergias y flexibilidad) y compatibilidad cultural (que abarca temas como la actitud de los socios, su motivación, el compromiso y la confianza). Las alianzas comienzan muy frecuentemente sobre la base de una supuesta compatibilidad estratégica, sin tener en cuenta, desde los inicios, los aspectos culturales involucrados. En particular, la necesidad de realizar un aprendizaje organizacional compartido y comprometido en la búsqueda de la confianza mutua.

Así, cuando se observa alianzas que duran en el tiempo y multiplican los resultados beneficiosos para los participantes -como en el ejemplo de la alianza entre la compañía gallega Vegalsa y Grupo Eroski, líder que cumple 25 años de existencia en el sector de la distribución alimentaria- se constata que la integración de las culturas, la aceptación de los compromisos adquiridos y la superación conjunta de las tensiones de mercado, tienen que estar sustentadas en ser plenamente conscientes de que la alianza es a medio y largo plazo favorable para las partes.

La calidad y naturaleza de los recursos y capacidades aportadas a la alianza por los socios, la adquisición de nuevo conocimiento por parte de cada socio, la generación de dependencias mutuas, las previsiones en la gestión del equilibrio de poder en la alianza a través de un Gobierno corporativo bien engrasado, el favorecimiento de prácticas organizacionales en el seno de la alianza, así como la calidad de las redes sociales que se establezcan a través de la alianza, son elementos fundamentales para el triunfo.

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