
Tras cerrar el tercer trimestre del año con crecimiento negativo, los PMI de la eurozona de noviembre no anticipan importantes mejoras en la economía de cara al final del año. Es cierto que el índice compuesto sube respecto a octubre (47,1 frente a 46,5) gracias a la tímida recuperación de la industria y los servicios, pero se trata de una mejora insuficiente para sacar a Europa de la zona de contracción (por debajo de 50 puntos). Esto evidencia que la debilidad de los pedidos persiste lo que eleva las opciones de que la eurozona confirme la recesión (dos trimestres seguidos en negativo) al término del ejercicio. Una opción a la que sin duda contribuirá Alemania, que seguirá lastrando la economía de la UE con su parálisis presupuestaria.