
La inversión en vivienda en nuestro país se ha desplomado un 40% en el tercer trimestre de 2023 respecto al mismo periodo del año pasado. La razón de este hundimiento está en la fuga de los grandes fondos que están reduciendo su exposición en el mercado inmobiliario al tiempo que incrementan sus apuestas en el mercado de renta fija. El cambio de estrategia de estas firmas es totalmente comprensible. Para empezar, el endurecimiento de las condiciones de financiación tras las subidas de tipos en la eurozona reducen las perspectivas de crecimiento del ladrillo en España y la UE. Asimismo, los adecuados retornos que ahora ofrece la deuda elevan el atractivo de este mercado tras muchos años de rentabilidades prácticamente nulas.