Opinión

Egipto y Gaza

Bombardeos israelíes sobre la ciudad de Gaza

Egipto ha desempeñado siempre un papel de pivote decisivo en los conflictos que, durante las últimas décadas, se han sucedido en la Franja de Gaza, entre los grupos terroristas palestinos, como Hamas, y el Estado de Israel y, de forma complementaria, en la gestión de las implicaciones regionales de los mismos.

Las razones de esa implicación egipcia han tenido que ver con su proximidad geográfica con Gaza, ya que mantiene continuidad territorial con ésta, con su involucración directa en la negociación de los ceses del fuego entre las partes, una vez que los estallidos de los enfrentamientos se han producido, y con su participación repetida en los esfuerzos de reconstrucción de la Franja, una vez las hostilidades se han terminado.

En esta ocasión, la situación es completamente diferente, dado que la confrontación actual no es un conflicto más, similar a los anteriores, ya que tiene el riesgo de provocar guerra regional abierta.

Egipto no quiere que los palestinos que viven en Gaza pueda reubicarse en el Sinaí

Los motivos por los que, desde El Cairo, se está mostrando cierta indiferencia a lo que está sucediendo en Gaza tienen que ver, de manera directa, con la situación interna que se vive, en estos momentos, en Egipto.

Para empezar, en menos de un mes, entre el 10 y el 12 de diciembre de 2023, Egipto celebrará elecciones presidenciales.

El presidente actual del país, Abdel Fattah el-Sisi, está haciendo frente a niveles de popularidad inferiores a los que solía estar acostumbrado porque la difícil situación de la economía egipcia está poniendo presión y está erosionando su estima entre la población.

Asimismo, los enfrentamientos populares que se están produciendo en Egipto, desde el 7 de octubre de 2023, fecha del ataque de Hamas contra partes del sur de Israel, están teniendo lugar en un momento muy inconveniente para el-Sisi.

En definitiva, el presidente de Egipto está intentando, en la actualidad, mantener un equilibrio bien complejo entre la necesidad de hacer frente a los retos de la economía del país, de incrementar su popularidad antes de las elecciones de diciembre y de mantener las relaciones con Israel en el punto en el que estaban antes del asalto de Hamas.

Egipto no quiere intervenir con toda su fuerza en la situación que Gaza vive hoy y, aún menos, tomar partido por ninguna de las partes en conflicto.

El objetivo prioritario de Egipto es preservar su seguridad nacional y, por ello, no quiere ni considerar la posibilidad de que los palestinos que viven en la Franja de Gaza puedan reubicarse en el Sinaí.

La realidad es que todos los partidos y los grupos políticos egipcios, independientemente de la posición que han tomado ante el estallido de la conflagración entre Hamas e Israel, son contrarios a esta idea de facilitar sin restricciones el asentamiento de la población palestina de Gaza en suelo egipcio.

Lo último que quieren los egipcios es importar dos problemas desde Gaza a su propio país.

En primer lugar, Egipto no quiere cargar con el peso económico de la responsabilidad potencial de tener que hacerse cargo del mantenimiento de casi los 2,5 millones de palestinos que habitan en Gaza en una coyuntura tan crítica para la economía de Egipto.

Egipto elude verse arrastrado a una confrontación militar directa con Israel

Por otra parte, aún más importante que lo anterior, el gobierno egipcio no puede permitir que el Sinaí se convierta, tras ese traslado hipotético de población, con todas sus lealtades y sus militancias políticas incluidas, en una rampa de lanzamiento de guerras futuras entre los palestinos, en general, o entre Hamas, más específicamente, y el Estado de Israel.

Egipto no quiere verse arrastrada a una confrontación militar directa con Israel y está intentando evitarla, a cualquier coste y, de cualquier manera.

En 2014 y en años anteriores, en episodios similares, aunque no tan graves, de ataques de Hamas contra el Estado de Israel y de respuesta de este contra aquella organización, Egipto abrió el paso de Rafah para permitir que la población palestina entrara en territorio egipcio.

El gobierno egipcio no podría hacer lo mismo hoy porque le sería muy difícil, cuando no, imposible, evitar que la seguridad nacional de Egipto se pusiera en peligro, si Hamas utilizara a los refugiados palestinos como escudos humanos para atacar a Israel desde suelo egipcio o, incluso, para atacar a los soldados egipcios, como ya hizo en 2011 o en 2013.

El pueblo egipcio se está manifestando en las calles en favor de los militantes de Hamas, sin embargo, no los quiere dentro de su país.

"Mejor mantenerlos al otro lado de la frontera, pero nunca entre nosotros en el Sinaí" es el mantra más escuchado entre los egipcios desde el 7 de octubre de 2023.

La experiencia cruel que el pueblo de Egipto tuvo que sufrir, en su día, a manos de la Hermandad Musulmana, con quien, en Egipto, se asimila a Hamas, ha vacunado a los egipcios para dar cualquier paso que vaya más allá de las declaraciones públicas formales de apoyo a los palestinos.

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