Opinión

IA: Cómo ser genuino en un mundo digital

  • Adoptar estas herramientas no implica cambiar los procesos, sino aprender de ellos

Todos hemos ido a un restaurante o a un local que, por alguna razón, ha dejado un recuerdo especial en nuestra memoria. Puede ser por la comida, por la amabilidad del personal o por el ambiente único que se respiraba. Muchas veces, estos comercios tienen algo en común: transmiten autenticidad y han sabido centrar su actividad y la experiencia del cliente, en sus ventajas competitivas. La inteligencia artificial (IA) no ha venido a sustituir estas cualidades, esta autenticidad, sino a ayudar a las empresas a centrarse en ellas. Se trata de una herramienta que puede transformar las operaciones empresariales y redefinir procesos para hacerlos más eficientes y a orientarlos a preservar y potenciar sus ventajas competitivas. Por ejemplo, la IA es reconocida por su capacidad para analizar grandes volúmenes de datos e identificar patrones ocultos. Gracias a ello, las empresas pueden comprender mejor a sus clientes, y anticiparse a sus necesidades. Pueden adaptar sus estrategias y servicios de manera más precisa y, por lo tanto, potenciar su autenticidad al ofrecer servicios o productos que resuenen genuinamente en sus clientes. El camino para la adopción de la IA no es predefinido, sino que está en constante evolución. A medida que la tecnología sigue avanzando, las empresas se enfrentan a un futuro incierto pero emocionante y lleno de oportunidades. Por este motivo, es crucial comenzar a experimentar con la IA desde hoy, para permitir a nuestras empresas evolucionar junto con la tecnología, antes de que la brecha tecnológica y cultural sea demasiado grande. Además, hay otro aspecto muy relevante de la IA: la democratización del acceso a la misma. Ya no hace falta ser una gran corporación e invertir ingentes cantidades de dinero para empezar a adoptar estas herramientas. Esta es una de las razones por lo que se está produciendo una auténtica explosión del uso de la IA por parte de las empresas desde 2023.

Adoptar la IA, no implica revolucionar todos los procesos empresariales ni todas las interacciones con los clientes. En lugar de eso, podemos aplicar estrategias más prudentes que nos permitan aprender sobre la IA de forma práctica y limitar los riesgos de usar una tecnología en constante evolución. En nuestro ejemplo del restaurante, la IA podría ayudar a hacer una previsión más precisa de los platos que consumirán nuestros clientes, identificar los emplatados con más aceptación, controlar la calidad y acabado de los platos antes de ser servidos, avisar a nuestros camareros cuando un cliente ha hecho un gesto o está pidiendo la cuenta, entre otros.

La experiencia práctica en el uso de la IA será inestimable y proporcionará una base sólida para tomar decisiones informadas en el futuro y entender los riesgos, capacidades y limitaciones que tiene su uso práctico. Además, nos debe permitir introducir el concepto de la IA como una ayuda (vs. amenaza) en nuestra cultura empresarial.

La adopción temprana de la IA es una herramienta para fomentar la innovación interna, ya que permite que los empleados interactúen con la tecnología y generen nuevas ideas. La IA no es un sustituto de la creatividad humana, ni de su juicio ético, pero es una herramienta que nos ayuda a amplificar nuestra creatividad, abordando soluciones nuevas a problemas antiguos y, por ende, potenciar nuestro sentido de pertenencia a nuestras empresas, ya que somos nosotros, en primera persona, los que estamos contribuyendo a su evolución e innovación.

Por último, no hay que olvidar que la IA también tiene riesgos en cuanto a ética, ciberataques y los llamados deep fakes, entre otros, de los que las empresas se han de proteger. La adopción de la IA y su experimentación en entornos controlados ayudarán a una mejor comprensión de esta tecnología y, por lo tanto, permitirán adoptar las medidas que nos ayuden a mitigar dichos riesgos y fomentar la conciencia de éstos entre nuestros empleados.

En conclusión, la inteligencia artificial no es una simple tendencia tecnológica, es un catalizador que puede ayudar a las empresas a focalizarse en sus ventajas competitivas, en aquello que las hace auténticas. Su adopción temprana es clave para prepararnos para un futuro incierto que aún no podemos prever por completo. Las empresas que se aventuran en este viaje no solo están abrazando la innovación, sino también reafirmando su compromiso con su identidad única en un mundo cada vez más digital. Un mundo que tiende a la uniformización y en el que cuesta cada vez más distinguirse. La autenticidad -aquello que hace únicas a nuestras empresas- y la IA pueden parecen conceptos opuestos, donde la segunda es una amenaza para la primera. Sin embargo, están destinados a ser socios en la creación de un futuro donde las empresas no solo sobreviven, sino que prosperan, manteniendo su esencia en un mundo impulsado por la tecnología.

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