Opinión

Medioambiente y tecnología

  • El sector de la salud supone una de las mayores contribuciones a la huella de carbono, representando el 4,5% de las emisiones

En la actualidad, la sostenibilidad y la reducción de la huella de carbono se han convertido en prioridades clave en diversas industrias y, evidentemente, los centros hospitalarios no están fuera de este marco de actuación.

El compromiso de los hospitales o centros de salud con el cambio climático no tiene que ver solo con que éste sea uno de los principales retos ambientales a los que se enfrenta la sociedad, sino con que supone también una de las mayores amenazas para la salud de las personas. Así, en el abordaje de esta situación, las instituciones sanitarias tienen un papel determinante, ya que el sector salud supone una de las mayores contribuciones a la huella de carbono, representando el 4,5% de las emisiones, según el análisis publicado anualmente por Health Care Without Harm, que estudia la huella de carbono emitida por la industria sanitaria en 45 países.

Pero la huella de carbono de un hospital no se limita únicamente al consumo eléctrico y su infraestructura tecnológica, sino que abarca una amplia gama de factores, como la fabricación de los consumibles y equipos médicos utilizados, además de la gestión de residuos y su transporte. En este punto, la mayoría de los hospitales disponen ya de certificaciones, como la ISO 14001, que verifica sus sistemas de gestión ambiental.

Cada uno de los elementos anteriormente descritos contribuye a la emisión de gases de efecto invernadero y, por lo tanto, tener una visión completa y precisa de nuestro impacto es fundamental para identificar áreas de mejora y tomar las medidas adecuadas.

Seguimiento de la huella de carbono

Para hacer frente a esta situación desde la perspectiva tecnológica existen múltiples opciones. Por ejemplo, Sopra Steria dispone de una herramienta analítica que permite monitorizar la huella de carbono de la infraestructura tecnológica de una organización. Dicha solución ya está siendo usada por grandes organizaciones con un amplio recorrido en su estrategia de sostenibilidad.

Este tipo de herramientas facilitan el establecimiento de objetivos de sostenibilidad claros y medibles. Dichos objetivos pueden abarcar, desde la implementación de tecnologías más eficientes y el uso de materiales sostenibles, hasta la optimización de los procesos operativos para minimizar el desperdicio y la generación de residuos.

La herramienta recopila datos detallados del recurso tecnológico en este caso, y su uso, enriqueciéndolos con información de fabricante y otros organismos oficiales. De este modo, es posible realizar un seguimiento, no solo del consumo, sino de toda la cadena, desde la creación, hasta su destrucción.

Vemos como, al conocer qué elementos del hospital generan mayores emisiones de carbono, se pueden identificar oportunidades de mejora y adoptar medidas específicas para reducir el impacto ambiental.

Otra posibilidad para reducir la huella de carbono es la digitalización de los procesos y la implementación de historias clínicas electrónicas, pues esto reduce el uso de papel y, por ende, la tala de árboles y las emisiones asociadas. Al mismo tiempo, la telemedicina y las consultas virtuales evitan desplazamientos innecesarios, reduciendo las emisiones de gases contaminantes en el transporte.

Del mismo modo, la implementación de sistemas de gestión de residuos y reciclaje, así como la instalación de paneles solares en techos y la captación de agua de lluvia para riego y servicios generales, son otras tecnologías que pueden contribuir a reducir la huella de carbono del hospital.

En resumen, la tecnología ofrece una amplia gama de soluciones para mejorar la sostenibilidad de las entidades sanitarias. Desde sistemas inteligentes de medición y gestión energética, hasta equipos médicos eficientes y procesos digitales, su aplicación estratégica puede promover la eficiencia en el sector, contribuyendo así a la mitigación del cambio climático.

Es el momento de que las empresas de tecnología se empiecen a aliar con las entidades sanitarias y hospitales con el objetivo de implementar herramientas de analítica aplicada a la Sostenibilidad, adaptadas a sus necesidades. De este modo, será posible hacer un seguimiento, no solo de la huella de carbono que generan sus infraestructuras tecnológica y eléctrica, sino el resto de los elementos que utilizan en su día a día. Una vez hecho esto, la salud pública se verá recompensada y podremos tener, todos juntos, un futuro positivo.

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